lunes, 22 de diciembre de 2008

Manualidades: hacer un belén con straps

-Mira que eres soso, no has puesto ni un triste adorno de Navidad.
-¡Uf, qué pereza! No tengo tiempo para eso.
-Pero ni siquiera has puesto un belén
-Es que no tengo figuritas
-Anda que no! ¿Y eso que tienes colgando en el corcho de la pared qué es?
-¿Los straps? ¿Quieres hacer un belén con los straps que me traje de Japón?

-¿Y por qué no? Por ejemplo, éste puede ser el niño Jesús.
-¿¿Pero qué dices?? Si es un marimokkori dentro de un tazón de ramen! ¿No ves que está empalmado?
-Ah, pues parece una cuna. Es perfecto.
-Pero, ¡si es verde!
-Bueno, algunos piensan que Jesús era un extraterrestre, ¿no? Pues mira, nos viene al peo.
-Sí mira, y el tazón es su nave espacial
-Anda, ahora que lo dices, se parece a uno de los marcianos que salen en "El Milagro de P.Tinto"
-Sí, venga va... ¿Y qué piensas usar como la Vírgen y San José?
-Mmm, por ejemplo... para la Vírgen podemos usar a ésta.
-¿Quéee? Pero si es un tío! Es Kato-chan, vestido de geisha!
-¿Y ese quién es?
-Un humorista japonés muy famoso. Hay un montón de straps distintos con su personaje más famoso, un tío calvo con gafas de Bartolo, bigote a lo Charlot y que tenía el gesto de llevarse dos dedos a los labios.
-¿Y por qué va de geisha?
-Bueno, ya te he dicho que hay montones distintos. Yo compré ese porque me hizo mucha gracia.
-Pues bueno, en aquella época las mujeres se depilaban poco el bigote. Ya está. Ideal para la Vírgen.
-En fin... ¿Y para San José?
-Pues este otro, mismamente.
-Bueno, bien mirado, no está mal. El Kato-chan vestido de Shinsengumi.
-Es un samurai ¿no?
-Más o menos. Era un cuerpo especial de seguridad en el Japón antiguo, algo así como el FBI de la época. Cuerpos de élite, excelentes espadachines y acérrimos del régimen.
-Vale, pues lo dejamos como San José. Además, se parece con la Vírgen.
-¡Coño, porque es otro strap de Kato-chan!
-Pues eso, que eran familia.
-¿San José y la Vírgen eran familia?
-Claro! La Sagrada Familia!
-... erm, sí, vale. Pero no tengo straps para los animales.
-¿Cómo que no? Aquí está el buey!
- Pero si es un ciervo!
-Bueno, tiene cuernos igual ¿no?
-...
-Andá, si también es del Kato-chan ese. ¿Y por qué está comiendo una galleta?
-Porque es un ciervo de Todaiji, el templo budista de Nara donde está la figura del Buda más grande de todo Japón.
-¿Y qué tiene que ver el ciervo?
-En ese templo hay muchos ciervos sueltos, se mezclan entre la gente, que les da unas galletas especiales para ellos.
-Y este otro para la mula.
-Pero si es un marimokkori de un kappa...
-¿Y eso qué es?
-Un kappa es... un bicho raro. Un animal mitológico, una especie de criatura acuática, con caparazón de tortuga, pico de pato, pies palmeados, y un peinado a lo fraile franciscano. En la coronilla tiene un hueco con un líquido que, si se le caia, se volvía pacífico.
-Aaah... bueno, pues ahora es la mula. ¡Anda, si también está empalmado! Entonces ya no puede ser una mula.
-No, los que están castrados son los bueyes, las mulas simplemente no son fértiles.
-Es igual, nos vale como mula.
-Se parece al Niño. A ver si la Vírgen, en vez de montárselo con un palomo, se enganchó al mulo.
-¡Qué bestia eres!
-Para bestialista, la cachonda ésta.
-Calla, animal. Mira, que ya he encontrado a los Reyes Magos. Éste lo usamos como Melchor.
-¿Ein? ¡Pero si ese es el viajante que ríe, warau salesman!
-¿Un viajante? ¡Pues perfecto para ser un Rey Mago, que no paraban de viajar!
-Pero si el viajante que ríe es un sádico.
-Además, fíjate cómo señala con el dedo. ¡Es perfecto! Es lo que hace cuando la caravana de los reyes encuentra el pesebre con el niño.
- Sí, mira, y la cartera es donde lleva el oro.
-Ah, ¡claro!
-¿? Pfff... Mira, ten cuidado con éste, que le tengo un cariño muy especial.
-Tú tranqui. Mira, si es que además, con lo bien vestido que va, es que parece una persona importante y todo.
-Pues no veas, el personaje es un tío chunguísimo.
-Vale, no te enrolles, anda. Mira, con el Hello Kitty éste hacemos al rey Gaspar. Además, va montado... ¿en una tortuga?
-Pero... ¡si es Urashima Taro! Claro, es un cuento de niños muy popular en Japón. Era un pescador que, montado en una tortuga, conoce a la princesa del reino del mar, se enamoran y se casan. Pero luego él siente nostalgia de tu aldea, de sus padres y de su vida anterior, entonces...  
-Venga, otro día me lo cuentas. 
-Joder...
-Y para rey Baltasar...¡Éste!
-¿Pero el Baltasar no era negro?
-¡Es igual! Rosa también nos vale. Además, éste también va empalmado. Así se puede decir claramente lo de que es negro.
-Pfff...
-Pero ¿cómo te puedes comprar tanta chorrada?
-Éste precisamente no lo compré yo. Éste me lo regaló Sakurako, una amiga que conocí en una Universidad de Tokio, y como ella era de Tochigi, y allí se cultivan muchas fresas, pues el marimokkori de allí va como si fuera una fresa.
-Una fresa empalmada.
-Sí, todos los marimokkori están empalmados.
-Bueno, pues así parece que lleva una ofrenda al niño.
-Visto así... Ahora te faltan los pastores.
-Eso es lo más fácil. Por ejemplo, éste nos va perfecto.
-¡Pero si es un Hello Kitty como kappa!
-¿Y eso que es?
-Joder, si te lo he dicho antes, es el bicho ese acuático.
-Ah, el de el agujero en la cabeza.
-Ese. Lo que pasa es que éste lleva una sarten y una espumadera. No sé qué iba a comer.
-¡Genial! ¡Es el pastor que se está haciendo unas migas!
-¡Ah, pues sí! Un pastor dorado, con cara de gata pija, haciéndose unas migas al lado del portal. Muy normal.
-¡Pues ya está! A ver, ésta también parece que esté cocinando.
-Pues si es una geisha de Asakusa Kannon, tocando un tambor.
-Pero si lo miras bien, parece que está cocinando en una olla.
-Bueno, podría dar el pego.
-¿Ves?
-¿Y las baquetas?
-Pues son los cubiertos. Se va a poner a comer lo que hay en la olla.
-Yo pensaba que los pastores iban a adorar al niño, no a merendárselo.
-Jajajaja! Bueno al chino éste también lo ponemos como pastor. No está haciendo nada, pero así abulta un poco más.
-Vale, este es el Cometallarines, un personaje de Musculman (sin foto).
-¿Dibujos animados?
-Sí, de la época de Dragon Ball y así.
-Friki...
-A ver, era lo que hacían por la tele, no te quedaba otra que verlo.
-Bueno, y también podemos poner a éste.
-Pero si es un ninja!
-A ti te gustan mucho las cosas rosita, ¿eh?
-A ver, lo de antes fue un regalo, te lo recuerdo.
-Sí, sí.
-Y éste... iba a ser otro regalo, pero al final no tuve la ocasión, así que lo guardo para regalárselo a alguien alguna vez.
-Ni se te ocurra dármelo a mí.
-No te preocupes, que en tí precisamente no estaba pensando.
-Borde. Bueno, ¿qué más nos falta? ¡Ya está! A éste lo usamos como el ángel que esta siempre encima del belén.
-¿El ángel anunciador? Pero si es Mazinger Z!!!!
-Pues ya está! Tiene alas igual, ¿no?
-Ah, ¡no no no! Éste sí que es un regalo, y lo tengo reservado para un colega.
-No pasa nada, luego lo envuelves igual y ni se nota.
-Pero ¡no lo desembales! Joder, ¡¡que estaba con su envoltorio original!!
-Ay, tranquilo, hijo. Si no se ha roto nada, ¿ves? Esto es muy fácil de volver a montar de nuevo.
-Mmm, está bien.
-Joder, qué escandaloso eres. ¿Y por qué lleva esa cara de bebé?
-Es de Kewpie, un tipo de muñeca americana o inglesa, no recuerdo bien, que se hizo muy popular en Japón.
-¿Y también hacen colgantes de esto?
-Mira, es igual que el warau salesman.
-¿?
-El rey Melchor...
-¡Andá, es verdad! Qué raros son estos japos.
-Bueno, ¡ya está! Ya me has revolucionado bastante el tema, ¿no?
-Sí, lástima que no tengamos un caganer.
-No pasa nada, con estos tienes de sobra.
-Un momento, ¿qué es eso?
-¿?
-Andá, ¡qué monoooo!
-Ah, es un kodama, salía en la película de "La princesa Mononoke".
-¡Pues nos vale como caganer!
-¿Eeh?
-Claro, ¡ sentado a cuclillas y con la boca abierta del esfuerzo!
-Yo no le veo mucha cara de esfuerzo, la verdad.
-Bueno, esto ya está. Ahora déjame a mí, que lo monto todo.
-..., sí hija, tú ponte, entretente...

El portal de Belén...

Los Reyes llegan de Oriente a adorar al niño y le traen regalos...

Los pastores también quieren ver al niño (ojo al dato del pastor chinorri)
El portal con el ángel anunciador

Y el caganer en un rincón haciendo lo suyo con esa cara de esfuerzo!
No me hago responsable del contenido de este post...

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La curación del colega Kowabana (コワバナくんの治癒)

Cuando estuve en Tokio me compré la máscara de un tengu (天狗、てんぐ), un ser mitológico japonés similar a un oni pero con un apéndice nasal pinochesco. En las primeras representaciones de los tengu se les dibuja como seres alados con rostro de ave, pero el pico fue evolucionando hacia una nariz muy larga. La cara siempre se representa muy roja, con los ojos claros y el cabello rubio muy claro, casi blanco. Por esta razón, asociaron a los primeros holandeses que llegaron a Japón con tengu (cara colorada por el sol de la navegación en alta mar, cabellos rubios, ojos claros y nariz prominente) y muchos se asustaban. 

Tras la compra, la bauticé como "Kowabana-kun" (怖鼻くん), que significa algo así como "napia que acojona". El mayor problema vino relacionado con el transporte a España: a pesar de mis esfuerzos por amortiguar la nariz con ropa, paquetes de pañuelos, bolsas de burbujas y el peluche del rey Nikochan, mis peores sospechas acabaron por materializarse y la nariz de Kowabana-kun se rompió dentro de la maleta, por la base. De eso ya hace ya cinco meses y medio.

Hace una semana, por fin, me decidí a comprar la pintura que más se aproximara al vivísimo rojo acrílico del que está cubierta y, tras pegar con mucho cuidado la enorme nariz ultrafálica, pintar las grietas. Desgraciadamente, el color no era exactamente el mismo, y me vi forzado a pintar el resto de la nariz del mismo color, y difuminar un poco sobre las mejillas para disimular. A mi parecer el resultado final ha sido excelente, aunque esté mal que yo lo diga.

Hoy en día ya no sé si se le debe llamar "Kowabana-kun" (怖鼻くん, "napia acojonante")  o añadir una sílaba más y que sea "Kowarebana-kun" (壊れ鼻くん, "napia rota"). A lo mejor la dejo como "Kowabana-kun" (壊鼻くん, "napia rompedora")... ¡porque ha quedado que lo rompe! 

De momento, sin kanjis y en katakana: コワバナくん. 

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Vista gorda 大目「おおめ」

Sé que debería estar concentrado estudiando en vez de escribir ridículos posts, pero de vez en cuando me encuentro algunas perlas durante las sesiones de estudio, que me gusta compartir con vosotros porque sé que a muchos os interesa también aprender algo de japonés. ¿No? ¿¡No!? Pues mala suerte, porque toca de eso.
En uno de los ejemplos que me he encontrado en el libro que uso para estudiar gramática me he encontrado con una expresión muy curiosa: 大目(おおめ, se pronuncia oome), que literalmente significa "ojo grande", y quiere decir "ser indulgente", "ser magnánimo", "pasar por alto".  Cuando se dice en Japón "mirar con el ojo grande", es lo que en español de España significa "hacer la vista gorda". 
No sé si en inglés o en otra lengua tienen una expresión similar para la misma semántica, pero me parece increible que habiendo tanta distancia cultural se haya llegado a una convergencia tan grande. O tan gorda, depende de cómo lo mires.
Esto viene a cuento de que, como esta semana estaré muy ocupado, os pido un poco de paciencia y que "miréis con el ojo grande" (absteneos de hacer el chiste fácil) hasta que vuelva a coger el ritmo. Gracias.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Last Friends (ラスト・フレンズ) y "Prisoner of Love"

Estoy deseando que llegue el domingo para hacer el puñetero exámen de una vez y comenzar a ver otra vez dorama. Sobre todo porque tengo uno en la reserva esperando, al que le tengo muchas ganas: "Last Friends" (ラスト・フレンズ). Comenzaron a emitirlo al poco tiempo de llegar yo a Japón, y muchos de los que vivíamos en el piso estábamos muy enganchados. Como no paraba en casa no pude ver los episodios antes del final, así que me aguanté sin verlo y me esperé a estar en España para bajármelo y verlo con calma desde el principio.

Es una serie que toca muchos temás aún un poco tabú, como son la homosexualidad femenina o, sobre todo, la violencia doméstica (DV en japonés). De hecho, al final de cada episodio nos quedábamos discutiendo un poco acerca del asunto. Como por desgracia es un tema que últimamente se reproduce mucho en España, lo comentaba con los japoneses y a ellos les resultaba sorprendente que se dieran tantos casos al año de asesinatos por violencia de sexo (digo sexo porque las personas no somos cosas, no tenemos género: tenemos sexo).  Aparte, unos de sus protagonistas es el actor Eita (瑛太), al que ya había visto en otros dorama como "Waterboys" o "Orange Days", y a mí me gusta mucho su interpretación: jamás lo había visto en un plano no cómico y me ha convencido.

El opening me parece muy bueno: esa forma de expresar la conectividad entre los protagonistas con ese "hilo rojo" que los conecta (¿conocéis la leyenda del hilo rojo?), esa tremenda diferencia entre el "yo" que se muestra ante la sociedad y el mundo interior de cada uno, con sus ansiedades, deseos, preocupaciones e infelicidades (el honne y el tatemae). ¿No creéis que lo expresa muy bien?

Otro de los atractivos de este dorama es precisamente la canción del opening, "Prisoner of Love", una pieza de mi adorada Hikaru Utada, una de las mejores de su disco "Heart Station". Ya de por sí el álbum me parece estupendo (tiene algunas pistas de una calidad sorprendente, y llevaba mucho tiempo sin escuchar algo realmente bueno de Hikki), pero sin duda me quedo con esta canción, llena de melancolía, ternura y ansiedad.


Dedicado a mi hermanita, porque ella lo vale, jejeje...

domingo, 30 de noviembre de 2008

Dos mil ocho: cielo, infierno y... ¿purgatorio?

Hay un proverbio japonés que reza 光陰矢の如し (kōin ya no gotoshi): el tiempo es como una flecha. Cualquiera diría que han pasado tres años desde aquel primer post vacilante y estúpido, aquel hello world please don't kill me,  horas antes de coger el autobús destino a los mandriles. Y sin embargo, cuántas experiencias, casi que parece media vida entre estas calles. De todo el camino recorrido, sin duda este ha sido el mejor y el peor año, en casi todos los aspectos. He conocido el paraíso y he conocido el infierno, en ese orden.
A finales del año pasado me anunciaban el cese de mis servicios en la tele para poco tiempo más tarde, y teniendo una carrera más que orientada en la capi y una futura vida sentimental por la que habría viajado hasta las puertas del Hades sin dudarlo, me concedí un último capricho, el más caro de mi vida, algo que me pedía el alma desde la friolera de diez años: una estancia medianamente larga en Japón, ese país al que adoro y odio a partes iguales. Muchos sabéis por este canal de mis pequeñas aventuras en este tercer Viaje del 2008. Nuevos lugares, nuevos amigos, nuevas experiencias... han empapado cada rincón de mi memoria hasta ahogarla. La primavera del paraíso.
Fue regresar a España y encontrarme con todo patas arriba: la dueña y señora de mi corazón me dice adios, amigos que ya no me reconocen (¿tanto he cambiado?), post-operatorios de dolor y todo lo que tengo es el único deseo de no desear nada, partir de cero, partir de mis raices, volver a nacer: volver a buscar casa, volver a buscar trabajo, volver a encontrar un hueco en este lugar de locos. Pero tras probar el sabor de la miel, ¿quién quiere volver a comer gachas? Mi adaptación a una vida nueva ha sido muy dura, quizá la prueba más dura a la que jamás me he visto sometido, más incluso que la primera vez que vine a la capi, hace ya tres años. El tiempo es como una flecha... Un año como éste no pasa por el corazón de nadie sin dejar llagas, pero ninguna es incurable. Y cada cicatriz es un tatuaje, una demostración de fuerza y ganas de luchar. Seguiré siendo un salmón toda la vida.
Este vuestro blog, versión discreta de mi alter-ego, ha sufrido como es natural estos tremendos altibajos: de alcanzar una popularidad sin precedentes durante mi primavera tokiota a sucumbir como la bolsa durante el verano posterior. Desde hace menos de un mes parece que vuelve a recuperar el ritmo de visitas que se había logrado a finales del 2006, tímidamente vuelve a ganar la confianza de muchos lectores. Esperemos que esto siga así y "Pepe vente..." pueda contar de nuevo con muchos amigos, aunque sean anónimos.
Desde aquí, gracias a todos los que hacéis que mi aventura bloggera merezca la pena. Gracias. Aún me queda mucha guerra por dar.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Hysteric Blue: "Chokkan Paradise"

Hace unos ocho años escuché algo de Hysteric Blue, un trío osakense que me llamó poderosamente la atención, y durante una temporada no escuchaba otra cosa que no fuera suya. El estilo de su música y lo extravagante de su vestuario me indicaban que tomarían el hueco que poco más tarde dejaban vacante un grupo tan grande como Judy and Mary.




Nunca llegué a entender el porqué de su disolución. Yo les auguraba un futuro muy largo, pero tras su single "Reset Me", algo flojo y convencional, se me apagó la pasión y no volví a escuchar nada más de ellos. Sin embargo, cuando colaboraba con el programa de televisión "Jikkan" recibí algunos emails de fans que me pedía un especial de ellos. Lástima, porque no había material suficiente para hacer uno, pero sí que hice una sección con ellos y su clip Grow Up.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Toraman (虎漫), el comic de los fanáticos de los Tigers

Ya que estamos hablando de los Hanshin Tigers, sacaré a colación otro de los tesoros que expatrié desde el Imperio del Sol Parido: un ejemplar de Toraman (虎漫、トラマン), la antología de comics de los fanáticos de los Hanshin Tigers hecho por fanáticos de los Hanshin Tigers (阪神ファンによる阪神ファンのためのコミックアンソロジー).
Esta vez se trató de un hallazgo de mi colega Shinjin que, rebuscando entre una pila de manga viejos que había en una librería de publicaciones de segunda mano justo enfrente de un Book Off cercano a donde vivíamos, sacó uno y me dijo: "a lo mejor éste te interesa..." Muchas gracias, nano. Ciertamente aquella librería era un chollo: muchas publicaciones estaban a mitad de precio respecto del Book Off (a unos 50 yen, poco más de 0.40€), aunque un poco más estropeadas. Estaba llena de números atrasados de revistas eróticas, publicaciones muy especializadas sobre aficiones concretas (pesca, punto de cruz, radiocontrol) y un montón de manga. Lástima que el Street View de GoogleMaps le haya sacado la foto estando cerrada:

librería vieja con toldos viejos!

El toraman en cuestión (publicado en el 2003) es una compilación de varios autores fans de este equipo, con dieciocho pequeñas historias inconexas que giran alrededor del béisbol y de los Hanshin Tigers en cuestión. Algunas son bastante curiosas, como una en concreto donde aparece una especie de Neo y Morpheus, fans de los Tigers. También aparece en otra historia su eterna rivalidad con los Yomiuri Giants de Tokio. Pero en general son un poco malas. Lo importante creo que es el concepto en sí, y por más que he buscado no he encontrado ni su oficialidad por parte de la entidad deportiva ni un patrocinio. Teniendo esa clientela, supongo que el éxito estaba asegurado.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Takoyaki 「たこ焼き」! (en caramelos)

Este fin de semana he aprovechado para traerme de Benidorm algunas más de las pertenencias y productos que traje conmigo desde Japón. Libros, música, straps, un par de máscaras y... ¡los caramelos oficiales de los Hanshin Tigers, de takoyaki
Para los que no lo sepáis aún, los Hanshin Tigers es el equipo de béisbol de la ciudad de Osaka, y uno de los más potentes de la liga japonesa, el más potente de la Liga Central. No es que les siga mucho, pero son por los que profeso cierta simpatía. Los fanáticos incondicionales de los Tigers son muy conocidos por su fervor y su encendida pasión animando en los encuentros. Cuando estuve en Osaka, paseando con Clavel por Dotombori nos encontramos con la tienda oficial de Glico (los que fabrican, entre muchos otros dulces y productos de alimentación, los pocky o "mikado"). Curioseando un poco vi estos caramelos de takoyaki「たこ焼き」 y fue muy difícil resistirme a comprarlos.
¿No sabéis qué es takoyaki? Son unas bolas de masa de harina con tacos de pulpo (en japonés 蛸, "tako", con lo que son tacos de tako) y algunas otras verduras, a las que se le echa una salsa especial y mahonesa (aunque hay muchas variantes). Es un plato muy típico de las ferias y los festivales: es fácil encontrar puestos de takoyaki en los parques y en cualquier celebración al aire libre.
A mí me gusta mucho los takoyaki, pero... ¿caramelos? ¿Imagináis caramelos con sabor a paella, a fabada o a callos con garbanzos? Pues algo así como lo de los helados de sabores chungos.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Nostalgia por lo insignificante

Me he dado cuenta recientemente de lo mal que aproveché la cámara de fotos en aquellos tres meses maravillosos que estuve en Tokio. Me iba a sitios muy conocidos y allí disparaba a todo lo más llamativo, lo más popular: templos, castillos, estatuas, parques...fotos en las que yo figuraba o no. Pero fotos que podía haber conseguido por la red, con absoluta facilidad. Las fotos que no hice fueron las de las calles insulsas, los edificios normales, la rutinaria cotidianeidad.

Como un superhéroe al rescate, ha acudido en mi auxilio Google Maps y su reciente StreetView, de forma que cuando siento añoranza por ver las calles que recorría casi a diario, los lugares que frecuentaba con los amigos o solo, basta con activar esta funcionalidad desde el enorme mapa y recorrer virtualmente, pero casi como cuando lo hacía de verdad la pasada primavera. Falla la textura del asfalto, el ruido de las pisadas, los aires frescos de la mañana y de la noche, los charcos eternos. Pero hasta que vuelva a pisar ese firme, menos da una piedra.

Hoy he querido compartir con vosotros algunas imágenes del que consideraba en aquel momento mi barrio. Tan sólo por tres meses, pero pocas veces me he sentido tan arraigado a ningún sitio. Quizá porque nunca antes había sido tan callejero.

Aquí es donde viví durante 89 días: el edificio que la inmobiliaria T-Estate Tiger House tiene en el barrio de Shinagawa. Mi ventana estaba al lado de la que viene indicada por la flecha SO. Un lugar muy tranquilo. En esa habitación he dejado la parte más intensa y breve de mi historia.

Esta esquina de toldos rojos es Akatsu, el bar de parroquianos donde nos juntábamos a menudo a tomar cañas por la noche. Un ambiente muy cálido y del que guardo recuerdos entrañables. Cuando regrese a Japón, una de mis metas principales será hacerme una caña con Mama-san, la dueña, que me trató de una forma muy especial.

Camino a la estación de Oosaki siempre pasábamos al lado de un solar gigantesco en obras. Siempre había operarios custiodando el tráfico (rodado y peatonal) para la salida y entrada de camiones en las obras. Yo creo que me cansé de decir "ごくろうさま" (gokurôsama, "buen trabajo!") cada vez que me hacían una ligera reverencia al pasar o se disculpaban por hacerme parar a la salida de un camión.

Este fue el supermercado al que iba al principio (hasta encontrar otra más barato y cercano el último mes): Oozeki. Lo que más me llamaba la atención es que muchos productos caducaran tan rápido (sobre todo la leche). Mi fuente de "matademonios" también era este centro.

No recuerdo ya cuántos obentô compré en este sitio: Shinjuku Saboten. Mucha variedad, muy ricos y con unos precios ridículos. Aún conservo la segunda cartilla de consumición (te sellaban cada compra y luego te hacían un descuento), que no llegué a terminar.

En este rincón, a oscuras, ella me robó un primer beso. Casi me entra la risa por la timidez y dulzura del gesto, sobre todo el miedo a que nos viera alguien conocido. Lástima que aquello sucediera tan tarde...

Hoy estoy más feliz que nunca, me siento muy tranquilo y satisfecho con la vida que llevo. Pero no está de más echar los ojos atrás de vez en cuando: se me dibuja una sonrisa muy especial en los labios y recuerdo que este lugar y yo "tenemos una historia".

jueves, 20 de noviembre de 2008

Ser otaku y no aburrirse en el intento

El día que el Pitxi rosa llegue a Japón, le esperará su guardia especial

Otra muestra de fusión irreverente entre las dos culturas.

martes, 18 de noviembre de 2008

Oni koroshi (鬼ころし), la bebida de los campeones

Hace dos años fue el calpis la bebida oficial del viaje (conocido como calpico en Occidente, a precio de oro, todo sea dicho). Este año le tocó el relevo a algo más fuerte, más alcohólico, más adulto: el testigo lo recogió "Oni koroshi"「鬼ころし」(Matademonios), la bebida de los campeones. 
Esta marca de sake refinado se convirtió en el compañero de tertulias nocturnas con los amigos del piso regresados de una dura jornada de trabajo (おつかれー!). Todas las noches nos juntábamos cerca de un televisor al que pocos hacíamos caso y compartíamos bebida, cena y snacks de lo más variopintos.
Si me quedaba sin cerveza o si las latas de shawa, siempre había un momento para acercarme al konbini que había a tres minutos del piso para comprar algunos mini-bricks de Oni koroshi. No era una delicia, pero tampoco se podría hacer una identificación absoluta con nuestro entrañable "Don Simón". Era un sake muy barato (cada mini-brick costaba menos de 100 yenes, unos 0'70€) y que no entraba nada mal, no era para nada peleón y te levantabas al día siguiente sin resaca de ningún tipo. Argumentos de peso para serle fiel.
Sin embargo mi devoción por el calpis no se ha visto desplazada ni un milímetro, más tras probar las versiones de mango y de melocotón. Calpis bueno, calpis amigo, forever. Es curioso, pero el día de mi primer o-hanami (aquel en que me birlaron las deportivas) había entre nosotros un chico al que todos llamaban "calpis", había traído varios bricks de esta bebida (natural y sabor melocotón) y me contó que su sueño era trabajar en la empresa productora de Calpis.  ¿Os imagináis a alguien que os diga "mi sueño es trabajar en la empresa que hace Sandevid"? Mi sueño se limita a beberlo, y así soy feliz.
Pese a todo, este año triunfó Oni koroshi. Pues a matar demonios se ha dicho.

(Este barril estaba junto con muchos más en el parque Yoyogi, de camino al templo de Meiji Jingu 明治神宮)

lunes, 17 de noviembre de 2008

Mame-shiba (豆しば): la cultura de las habas perrunas

Vía Youtube y Cute Overload (gracias, Adler) he podido conocer los vídeos de Mame-shiba (豆しば), una serie de cortos de animación cuyos personajes son unas habas-alubias-judías-guisantes-cacahuetes (frutos en vaina, en definitiva) con aspecto de perritos que, en el momento de ser comidos, despiertan la ternura en el comensal y desiste de zamparlos.
Lo de que tengan aspecto de perros tiene su sentido: mame 「豆」significa "haba, judía", pero mameshiba es una raza canina originaria de Japón. De ahí el juego de palabras, y el aspecto tan tierno.
Uno que me ha hecho mucha gracia es precisamente el del edamame 「枝豆」, una especie de judía verde que se come mucho como snack en los bares, directamente de la vaina (previamente cocida con sal).


Traducción aventurada del diálogo:
何知ってる?
Sabes qué?
何でしょう?
Qué?
カンガルーのお腹にある袋の中はすごい臭いらしいよー
Dicen que dentro de la bolsa que tienen los canguros en el vientre huele fatal!

¡A ver quién es el desalmado que se come el haba perruna después de ilustrarte con ese candor infantil!

Concierto de guitarra clásica de Sachiko Miyashita

Anoche estuve junto con el Pelao en el pequeño concierto que la guitarrista Sachiko Miyashita daba en la Casa de Castilla-La Mancha de Madrid. Su grupo de guitarra está de gira y recalaron en la capital para deleitarnos con su estrella, ganadora de muchos premios a nivel internacional.

Cambiando el programa inicial al gusto, entre las muchas piezas que interpretó estaban "Leyenda de Asturias" de Isaac Albéniz y una canción de la isla de Okinawa, muy difícil y heterogénea. Para esta última tuvo que reafinar las cuerdas, porque nos comentaba Sachiko que en Okinawa emplean una escala musical diferente. La interpretación estaba llena de artificios digitales que la hicieron mucho más vistosa, en ocasiones parecía que tocaba un arpa en vez de una guitarra. A mí me emocionó mucho, pero de vez en cuando veiamos las cabezas dormitando de algunos de los japoneses que la acompañaban. ¡Qué cansado debe ser ir de gira!
Fue una lástima que hubiera tan poca convocatoria: aparte del grupo que está con ella, unas seis o siete personas del entorno de la Casa y organizadores, el Pelao y yo. Todos nos preguntaban si éramos guitarristas... La misma Sachiko nos confesó que en su época adolescente era rockera, habría sido interesante ver alguna foto para comparar la evolución. Fue muy divertido hablar tras el concierto con los japoneses que estaban allí, pero me estoy dando cuenta de que pierdo poco a poco lo que aprendí en mis tres meses de Tokio. ¡Tengo que practicar más!


Querría haberle comprado un CD, pero tras el evento sacaron vino, tortilla de patatas y embutidos manchegos, y me olvidé por completo del asunto. Muchas gracias al Sr. Kobayashi, al que conocimos la semana anterior de pura casualidad, por invitarnos a una noche de domingo llena de sensaciones.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Akkanbee... (あっかんべー)

Pocos gestos hay tan internacionales como sacar la lengua a modo de burla, provocación o rechazo. Se hipotetiza con la idea de que los pueblos primitivos lo hicieran antes de una batalla para atemorizar o provocar al enemigo, como hacen aún muchos pueblos polinesios, y aún representan los All Blacks en sus haka, como podéis ver aquí (aunque los haka se usen para todo lo contrario). También existe la excepción que nos enseñó Tintín cuando viajó al Tíbet: allí se usa como saludo.
En Japón, cultura de la educación extrema y el "lo que sea por no molestar al de al lado", existe una variante, el akanbee「あかんべー」 o akkanbee 「あっかんべー」. Además de sacar la lengua, el gesto se acompaña estirando del párpado inferior de uno de los ojos (o de los dos) con el dedo índice, al tiempo que se dice "akanbeeee!" o "akkanbeeee!" (esto último no es obligatorio).  Es una forma muy infantil de decir "que te den" o "de eso nada, monada".
Curiosamente, esta frase tiene más relación con el ojo que con la lengua: akanbe es algo así como "ojo rojo". Etimológicamente proviene de akame 「赤目」(ojo rojo, ojos con sangre) , de aquí pasó a "akanme" 「赤ん目」y de éste a "akanbe" 「あかんべ」. También hay variantes en las que se dice "bekkankou" o "mekkakou", que provienen de "meakou" 「目赤う」, que viene a significar lo mismo (ojo rojo).

viernes, 14 de noviembre de 2008

El viajante que ríe 「笑ゥせぇるすまん」

Cuando voy a casa de mi amiga Clavel siempre descubro algo que me marca. En esta ocasión han sido varias las impresiones, y una concreta fue descubrir  "El viajante que ríe"「笑ゥせぇるすまん」|warau seerusuman|. Es un manga escrito hace ya bastante tiempo (años 70) por Abiko Motoo, uno de los integrantes del dúo Fujiko Funio. El otro integrante del equipo, Hiroshi Fujimoto, es el padre de Doraemon. Aunque el estilo es muy similar en ambas obras, la temática no puede ser más dispar. Aparte del manga, hay una serie de anime (por youtube podéis ver muchísimos episodios originales) y hasta un dorama (que no encuentro por la red, porca miseria).


El protagonista de esta serie es Moguro Fukuzô 「喪黒 福造」, un tipo pequeño y rechoncho que se pasea por las calles de la gran ciudad con un traje negro, un peinado de raya perfecta  y una sonrisa de oreja a oreja que iluminaría un estadio de fútbol. Su presencia asusta, y no es para menos: en su tarjeta de visita dice que es un viajante que se dedica a "tapar las grietas del corazón", ofreciéndose a ayudar (sin cobrar por ello) a todas aquellas personas que, aunque disfrutan de una vida socialmente aceptable, tienen algún tipo de manía, preocupación o problema que les inquieta. Aunque en un principio parece que consigue paliarlo con algún tipo de remedio extraño, en realidad el viajante lo va dirigiendo poco a poco hacia un círculo vicioso de difícil salida, hasta que se muestra la verdadera naturaleza del individuo en sí y se enfrenta desnudo a la severa sociedad nipona: toda víctima sucumbe, o se vuelve loco, o acaba perdiendo su humanidad.


Leer el manga me llenó de curiosidad, pero el efecto multimedia de la animación me dejó alucinado. La serie me parece estupenda (y eso que tiene años, pero la genialidad es atemporal) y me enganchó: el personaje del warau salesman es un ser despiadado, sin escrúpulos y muy paciente; la temática en sí, la deshumanización de la sociedad moderna en Japón, muy bien retratada en cada capítulo. Fijaos que la serie se emitió en el comienzo la crisis de la economía japonesa, y su efecto en el público fue mayor. 

En varias ocasiones me he definido como poco o muy poco aficionado al manga-anime, y sin embargo hay algunas series que me apasionan (como por ejemplo "Dr. Slump" o ahora "El viajante que ríe"). Es posible que lo que más me tire p'atrás es en sí el movimiento otaku español: lo siento, intento ser tolerante, pero lo que no quiero es ser falso, y si lo aborrezco es así. Pero es que cada vez que veo en Japón los motivos para ser apasionado a alguna serie concreta, a algún autor o a algún estilo, viendo la calidad que se destila en muchas ocasiones... pues es que los otakus ibéricos (los que yo he conocido, no quiero generalizar) parecen una caricatura mal hecha de éstos! Quizá es como cuando vi por primera vez a un punk japonés (con su mohawk y todo): son cosas que ves ridículas en ciertos pueblos, pero no en otros. Tengo que hacer un poco de exámen de conciencia...

Antes de volver a España, en Yodobashi Camera vi este strap de Kewpie vestido como el warau salesman (en Japón son muy aficionados a Kewpie, en diferentes versiones y atuendos). No lo pude aguantar y lo compré con lo que me había sobrado en la tarjeta de puntos.  ¿A que es gracioso?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Thee Michelle Gun Elephant: "G.W.D."

Gracias a este grupo pude saber hace años de la existencia del canal "XTV, televisión musical", que emitía en Valencia y se podía ver por gran parte de Levante. Lo que sucedió a posteriori (colaborador con el programa Jikkan, dirigido por Javier "Deimos" Gallén) forjó mi solida relación con la música japonesa.



Este gran grupo de punk rock, de nombre tan complicado y formación británica, desapareció de la escena hace ya cinco años dejando joyas como ésta. Lástima que no hayan sido muy prolíficos en los diez años que duraron. En concreto "GWD" (1998) es uno de sus mejores singles, y sin duda una de mis piezas preferidas: sencilla y enérgica. Sobran paranoias y excesivos barroquismos.

martes, 11 de noviembre de 2008

El libro de los monstruos [妖怪の本、ようかいのほん]

Pese a que me considero un falsacionista y nunca me creo [casi] nada, los que me conocen saben que soy un apasionado de la mitología, las leyendas y, sobre todo, los bestiarios (como el medieval Baudolino, de Humberto Eco). Me gusta mucho investigar acerca de las criaturas inventadas desde hace siglos, historias de lucha ingenua entre el bien y el mal, simbolizados por la virtud o la vileza de monstruos, espíritus o seres antropomorfos con rasgos animales. Por desgracia, estoy muy poco formado en el bestiario mitológico japonés, y a fin de paliar esta mancha en mi honor, compré este libro que vi de casualidad en una tienda de Tokio: "El libro de los monstruos" [妖怪の本].


Aunque el nombre de la colección me tiraba un poco para atrás por su carácter quasi apológico (Books Esoterica), pude ver que en su interior hay pocas líneas de defensa a la creencia dogmática en estos seres. Y lo que sí incluye es una descripción de muchísimas criaturas que tienen cabida en las leyendas y artes antiguas del archipiélago. Concretamente profundiza en dos de mis favoritos: los kappa [河童] y los tengu [天狗], considerados junto con los oni [鬼] y los zorros de nueve colas [九尾の狐] como las cuatro categorías más importantes.

Creo que cuando acabe este período de estudio para el examen, me arrancaré de vez en cuando con algún post que incluya la descripción de algún bicho de estos que salen en este libro. Y si alguien tiene la gentileza de regalarme el libro que hace juego con él ("El libro de los fantasmas" [幽霊の本]), ¡pues le estaré muy agradecido!

lunes, 10 de noviembre de 2008

El caso del chirashi [チラシ]

Vivir en Tokio es sufrir un bombardeo continuo de propaganda publicitaria [chirashi, チラシ]. Mucha de esta propaganda es tan inútil como la de España, a menudo más molesta porque la probabilidad de encontrar una papelera de papel es menor. Y guardarte toda esa masa de celulosa impresa mientras tanto ves una es una putadita.  En el edificio donde vivía todas las semanas el buzón se llenaba de chirashi, principalmente de empresas de recogida de trastos viejos y de cadenas de pizza y sushi a domicilio. La inmobiliaria de alquiler, pensando en todo, había dispuesto al lado de la puerta de entrada un cubo para quitarte de enmedio todo ese papel, y casi siempre estaba hasta los topes.


Hay alguna propaganda que sí es muy útil, y es la que va impresa dentro de paquetes de pañuelos de papel. Desde mi primer viaje me convertí en un coleccionista de estos paquetitos con publicidad incluida, y me asusté cuando al llegar a Akihabara en abril de este año casi no había nadie repartiendo. Aquello luego cambió (menos mal!). El mayor problema al que me enfrentaba durante mis razzias de recolección era la selección étnica que realizaban los repartidores. Con el prejuicio de que a un estúpido gaijin no le va a interesar la publicidad (ya que está fuera del target), muchos escondían la mano cuando pasaba cerca de ellos para que me ofrecieran el paquetito. Algunos días me faltaba el descaro para alargar la mano mendigando unos mocadores de balde, y aun así no siempre te ofrecían y se hacían los suecos, con lo que por no romper el ritmo de los viandantes desistía en mi actitud demandante. Cuando esto sucedía me ponía de muy mala leche, porque me hacía sentir como un turista (lo que habia pretendido evitar desde mi llegada: ser un elemento partícipe, no un mero espectador, de lo que había a mi alrededor). En una ocasión, pude tomar venganza.
A la salida Suroeste de la estación de Ôsaki (mi punto de inicio y de final en muchas jornadas) se solía colocar a menudo un repartidor de chirashi, un chico joven, con un peinado muy fashion, al estilo de los hosts de Kabukichô. Yo no acostumbraba a cogerle nada, más que otra cosa porque solía verlo a la ida, por la mañana, cuando iba corriendo casi a cualquier parte. Pero en un par de ocasiones se dispuso frente a las escaleras de acceso a una hora en la que ya estaba oscureciendo. En la primera ocasión tuve el gesto de aproximar la mano para aceptar su ofrecimiento y, en el último momento, hizo una finta de muñeca, evitando mi mano y ofreciéndoselo al peatón que estaba a mi espalda. Me quedé tan alucinado que se me escapó la risa floja, por no soltar un "joputa".
Dos días más tarde lo volví a ver. Quisiendo ponerlo a prueba, volví a acercar la mano para comprobar si me daría o no el papelajo, y en esta ocasió sí se le veía más receptivo y por unas décimas de segundo se iba a completar el paso del testigo, de no ser porque mi muñeca fue mucho más rápida y fui yo el que, emulando al mítico Joaquin Prats y su "a jugaaaar", hice un requiebro pronador-supinador que rechazó el chirashi en el último instante.
Estoy seguro que aquello le vino al pairo al cipangués, pero a mí me alegró la jornada y me ha ofrecido la oportunidad de contaros esta estúpida anécdota en este estúpido blog.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Carteles japos wapos: hizakakkun ( ヒザカックン)

Este lo he visto hace poco en pya.cc, mi fuente inagotable de joyas cipango-lingüísticas:


Se trata de otro texto acerca del tachiyomi, que ya hemos comentado en una ocasión (no! en dos ocasiones!), y nuevamente se nos advierte de las consecuencias de practicar tan pícaro comportamiento:

立ち読み厳禁。見てけたらヒザカックンします。

Se prohibe el tachiyomi. Al que se le pille, se le hará hizakakkun

Ahí es donde me que quedado pillado: ¿qué es el hizakakkun? Sabía que hiza (ひざ、膝) significa "rodilla", pero... ¿"kakkun"? Investigando un rato he visto que se trata de esa broma de sorprender a alguien de pie y, por detrás, obligarle a flexionar las rodillas de golpe usando las tuyas propias. Yo he hecho muchas veces eso del hizakakkun a amigos, pero nunca le había puesto nombre (ellos sí, le llamaban "eh joputa! déjamenpaz"). 
Por si la explicación no queda clara, ahí tenéis una bolsa de doritos que os lo ilustra:


¡Qué bonito idioma, el japonés, que le da nombre a todo!

lunes, 3 de noviembre de 2008

Diga patata

Este fin de semana, en mi visita al hipermercado, mientras hacía cola en una de las cajas, me estaba fijando en la cantidad de productos que se exponen junto a las cajas: chicles, caramelos, chocolatinas, tarjetas solidarias (menudo eufemismo lava-conciencias), cuchillas de afeitar, una foto de carné vieja... Toda una serie de productos que nunca necesitas y que se te antojan o, si llevas a los niños y los ven, empiezan a darte la murga con que le compres tal o... un momento... ¿una foto de carné vieja?

Me quedé tan ensimismado con la rareza que no pude evitar sacarle una foto. Me hubiera gustado ver la cara de alguno mirando cómo le sacaba una foto a los chicles de al lado de la caja.