lunes, 10 de noviembre de 2008

El caso del chirashi [チラシ]

Vivir en Tokio es sufrir un bombardeo continuo de propaganda publicitaria [chirashi, チラシ]. Mucha de esta propaganda es tan inútil como la de España, a menudo más molesta porque la probabilidad de encontrar una papelera de papel es menor. Y guardarte toda esa masa de celulosa impresa mientras tanto ves una es una putadita.  En el edificio donde vivía todas las semanas el buzón se llenaba de chirashi, principalmente de empresas de recogida de trastos viejos y de cadenas de pizza y sushi a domicilio. La inmobiliaria de alquiler, pensando en todo, había dispuesto al lado de la puerta de entrada un cubo para quitarte de enmedio todo ese papel, y casi siempre estaba hasta los topes.


Hay alguna propaganda que sí es muy útil, y es la que va impresa dentro de paquetes de pañuelos de papel. Desde mi primer viaje me convertí en un coleccionista de estos paquetitos con publicidad incluida, y me asusté cuando al llegar a Akihabara en abril de este año casi no había nadie repartiendo. Aquello luego cambió (menos mal!). El mayor problema al que me enfrentaba durante mis razzias de recolección era la selección étnica que realizaban los repartidores. Con el prejuicio de que a un estúpido gaijin no le va a interesar la publicidad (ya que está fuera del target), muchos escondían la mano cuando pasaba cerca de ellos para que me ofrecieran el paquetito. Algunos días me faltaba el descaro para alargar la mano mendigando unos mocadores de balde, y aun así no siempre te ofrecían y se hacían los suecos, con lo que por no romper el ritmo de los viandantes desistía en mi actitud demandante. Cuando esto sucedía me ponía de muy mala leche, porque me hacía sentir como un turista (lo que habia pretendido evitar desde mi llegada: ser un elemento partícipe, no un mero espectador, de lo que había a mi alrededor). En una ocasión, pude tomar venganza.
A la salida Suroeste de la estación de Ôsaki (mi punto de inicio y de final en muchas jornadas) se solía colocar a menudo un repartidor de chirashi, un chico joven, con un peinado muy fashion, al estilo de los hosts de Kabukichô. Yo no acostumbraba a cogerle nada, más que otra cosa porque solía verlo a la ida, por la mañana, cuando iba corriendo casi a cualquier parte. Pero en un par de ocasiones se dispuso frente a las escaleras de acceso a una hora en la que ya estaba oscureciendo. En la primera ocasión tuve el gesto de aproximar la mano para aceptar su ofrecimiento y, en el último momento, hizo una finta de muñeca, evitando mi mano y ofreciéndoselo al peatón que estaba a mi espalda. Me quedé tan alucinado que se me escapó la risa floja, por no soltar un "joputa".
Dos días más tarde lo volví a ver. Quisiendo ponerlo a prueba, volví a acercar la mano para comprobar si me daría o no el papelajo, y en esta ocasió sí se le veía más receptivo y por unas décimas de segundo se iba a completar el paso del testigo, de no ser porque mi muñeca fue mucho más rápida y fui yo el que, emulando al mítico Joaquin Prats y su "a jugaaaar", hice un requiebro pronador-supinador que rechazó el chirashi en el último instante.
Estoy seguro que aquello le vino al pairo al cipangués, pero a mí me alegró la jornada y me ha ofrecido la oportunidad de contaros esta estúpida anécdota en este estúpido blog.

7 comentarios:

  1. Interesante lo del reparto selectivo de pañuelos...

    Por cierto, es divertido... Te imagino en la boca del metro "a jugaaaar" :D

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  2. Bueno, era estación de tren, pero tampoco hay gran diferencia. No me atreví a girarme a verle la cara...

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  3. Sinf, snif, que nostalgia...
    Recuerdo que una vez, frente a yodobashi camera, hasta te dieron un paquete de toallitas húmedas...
    ¿Y si importamos la idea?

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  4. Buen requiebro, Oaby!!

    que se metan el chirashi por donde les quepa!

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  5. 3nity> Aún las conservo... Se podría estudiar costes, y con lo barato que tiene que ser comprar kleenex, fijo que se hace negocio. Lo que pasa es que en España el concepto de gratis se confunde con el de "razzia"
    Chuso> En los dos primeros viajes lo guardaba todo! Esta vez la cosa ha sido materialmente imposible...

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  6. requiebro finitorrrrrr too! muy buena la jugada

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  7. pelao> faltó sacarle una foto al careto del chango, pero la improvisación es lo que tiene...

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