Gastan más dinero en lencería sexy que en comida, y están metidas dentro de un cubículo de cristal, rodeadas de neones llamativos y esperando la llegada de sus clientes. No, no estoy hablando de las prostitutas del famoso Red Lights de Amsterdam, sino de las betelnut beauties (bīnláng xīshī) de Taiwan. Y no, no son prostitutas, aunque su atuendo nos inspire esta opinión. Son cosas de la competencia.


Conseguir estas betelnuts es sencillo, en la calle hay multitud de puestos con chicas jóvenes que las venden, la mayoría empujadas por sus familias humildes, o estudiantes que se ganan un sueldo (igual que aquí las de los Burrikín o los Madónals) y se costean la carrera. Como os he comentado antes la competencia es muy grande, tanto que hasta hace unos años y en un intento de fidelizar clientes, estas chicas comenzaron a vender su mercancía cada vez más escasas de ropa, incluso algunas enseñaban gentilmente un pecho (como si fuera gran cosa, pobrecitas asiáticas) cuando realizaban una venta. Las autoridades taiwanesas (tan puritanas para unas cosas como hipócritas para otras) comenzaron a tomar cartas en el asunto, y considerando estas formas de venta e indumentaria como un posible foco de prostitución, puso cotas a atuendos como el que podéis ver a la derecha. En la actualidad semejantes vestuarios no están permitidos, pero las chicas visten de forma muy sexy (algunas juegan con temitas ero-cosplay, como vestir de enfermeras o de lolita).

No puedo decir que me guste este tipo de comercios, pero en su defensa diré que hay que echarle coj... narices para que, en un pais tal peligrosillo y poco ético como Taiwan estar de esa guisa día y noche en barriadas de dudosa seguridad. Se me ocurren muchos adjetivos, menos el de "fácil". Como curiosidad añadida, comentaros que las asociaciones femeninas las defienden, utilizando estos mismos argumentos: evitar que caigan en la prostitución, más humillante si cabe.

noooooooooooooooooo
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