miércoles, 21 de junio de 2006

Los fanáticos del béisbol

En la cruzada personal que me he propuesto, cuya meta es conseguir haceros ver la otra cara del país del sol naciente, hemos llegado a uno de los puntos que más me gusta: los Hanshin Tigers (阪神タイガース). Principalmente por dos motivos. El primero, porque yo mismo siento una gran simpatía por este equipo, soy seguidor moderado de sus avances y profeso cierto cariño por la ciudad de Osaka (de donde son los Tigers), la urbe que mejor pude conocer cuando estuve por allí y donde viven algunos amigos. El segundo motivo es porque me da pié a hablar de la gente de Osaka, los andaluces de Japón.
Los osakenses son joviales, divertidos, juerguistas, unos verdaderos sibaritas, amigos del buen comer y del buen beber... comparándolos con el resto de los japoneses. Tienen fama de directos y de escandalosos. Para los de Tokyo (capital y ciudad antagónica), la gente de Osaka es burda y paleta, hablando de una forma muy poco refinada. Son menos hieráticos que el resto de sus paisanos, orgullosos de su pasado (al estar en el corazón de la cuna de la civilización nipona) y de su presente como centro comercial del pais. Los mejores humoristas y comediantes provienen de esta prefectura. Y todo esto se traslada a sus fans.
Tuve la gran suerte de llegar a Japón el día despues de que los Hanshin Tigers se declararan campeones de la Liga Central. En Japón hay dos ligas de béisbol: la Liga Central y la Liga del Pacífico. Los ganadores de ambas ligas se enfrentan en un playoff de ocho partidos. Al final perdieron estrepitosamente en los playoffs contra los Chiba Lotte (ganadores de la Liga del Pacífico), pero pude vivir la pasión que se respiraba en la ciudad. En todos los comercios, en muchos edificios públicos, en las calles, en el metro, incluso en las latas de cerveza... se hacía alusión al campeonato. Las primeras noticias que pude ver por la televisión fue las celebraciones de la hinchada. Los fans de los Hanshin Tigers tienen la costumbre de lanzarse completamente desnudos desde un puente hasta el río cercano (un río sucio y contaminado, todo hay que decirlo). Me resultó muy gracioso ver cómo una fan, desnuda y desde lo alto de la varandilla, se asustaba de la altura y no se atrevía a saltar, prolongando la exhibición de sus encantos a la hinchada que la azuzaba.
Personalmente me uní a la pasión de la ciudad llevando a todas partes una gorra de los Hanshin Tigers que mi amiga Clavel me regaló (desde hace unos años es fan de los Chiba Lotte, la muy traidora), lo que no pasó desapercibido a los osakenses, causando más que alguna situación jocosa en el metro.

2 comentarios:

  1. Pues mira tú por dónde me caen bien los Japonesitos...como me alegro de que en otras culturas existan otros deportes más interesantes e igual de aplaudidos que el fútbol en occidente.

    Olé por los nipones!!

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  2. el beisbol es un deporte muy rico y extensoo... deben aprovecharlo más y en el proxino invierno venir a venezuela, donde se vive fanatismo por esta disciplina

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