domingo, 16 de julio de 2006

Los Daruma 達磨

Uno de los primeros objetos que le pedí a mi amiga Clavel, para nuestro segundo encuentro en España, fue un daruma (達磨, だるま).
Yo sabía que se trataba de un muñequito de papel, hueco y con forma de bola, que representaba a no sé quién. La había visto en muchas webs relacionadas con Japón, como un símbolo cultural y religioso. Sabía que se hacen darumas para pedirles deseos y como portadores de buena suerte. Pero poco más.
Pues en www.daruma-sl.com podréis saciar vuestra curiosidad. En resumen, el origen viene de Bodhidharma, el monje difusor del budismo zen. Se cuenta que este monje perdió los brazos y las piernas a raíz de no usarlos, tras nueve años de meditación initerrumpida. Por eso las figuras de los daruma no tiene pies ni brazos. Tampoco tiene ojos, y ahí es donde entra su funcionalidad: el día de año nuevo se compra un daruma, se formula un deseo y se le pinta uno de los ojos. Cuando el deseo se cumple, se pinta el otro ojo, y según me contó mi amiga Clavel, debe ser llevado al templo para que lo quemen. Yo tengo aún un solo ojo pintado, pero a pesar de la alegría que supondrá que se cumpla mi deseo, me dará pena tener que llevarlo a que lo quemen. Ya me he encariñado con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario