domingo, 18 de junio de 2006

Caquitas doradas

Que no, que no está todo inventado. Y de Oriente nos llegan los diseñadores más audaces e impertinentes. Parece ser que, para ellos, lo que prima es el ir más allá, dentro de los límites de... ¿de qué límites? Bueno, lo más importante es que no sea inmoral. Con connotaciones sicalípticas, se sobreentiende. Pero si es ofensivo, aunque no esté prohibido, ¿qué más da? ¡Ole! Ésa es la filosofía que a mí me gusta: "al que no le guste, que no mire".
Los japoneses no tienen tantos problemas como nosotros en admirar un buen pastel de origen intestinal. Es más, es una forma que hasta puede resultar atractiva. ¿Cuántos pasteles (de los de verdad) y helados tienen esa forma acaracolada, culminada con un pirindolo final? Y no por ello se nos antojan repugnantes, más bien al contrario. Pues en Japón han ido más allá (como siempre) y comercializan la caca de oro: "atrae a la buena fortuna", dicen. Y los diseños no se limitan a una simple figura de mierda (sin perdón, porque de eso se trata) encima de un cojín (niños, no intentéis hacer esto en casa, a no ser que queráis que mamá os deje el culo bonito), sino también hay colgantes, guantes de béisbol que aguantan un buen zurullo dorado, y hasta huchas con combinación!! (la que véis arriba es una de ellas).
Muchos pensaréis: "puaaaag!!! ¿Y quién se va a poner eso? ¿Quién va a comprar esa cosa?" Uyyy, sí, os aseguro que será un éxito, si no lo es ya (aún no tengo bastantes fuentes, pero en cuanto lo sepa os lo confirmaré). Si se convierte en moda, preparaos que hasta sacarán un single promocionándolo. Pues menudos son. Además, son baratísimos.

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