
Hace unos meses os mostré los dispositivos USB con aspecto de sushi que comercializaban los japos. Había visto cosas mucho más bizarras, porque en el fondo estos dispositivos no cambian su funcionalidad dirigida a la informática. Pero ¿y todos esos dispositivos que no sirven para almacenar, comunicar equipos o usar en caliente? Hace un par de años vi tazas que calientan infusiones por USB (lo que me hizo reflexionar sobre la de energía que debe chupar un USB), pero esto me ha dejado, como diría Flanders, perplejito: un difusor de aromas USB!

Lo próximo será satisfacer las necesidades sexuales de algunos cibernautas mientras navegan por páginas de dudosa moralidad, mediante un dispositivo USB que se acople a la zona genital del individuo. Y si no lo han inventado ya, al tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario