miércoles, 25 de octubre de 2006

El juego del McDonalds

Han diseñado un juego flash en el que te conviertes en un directivo de McDonalds. Estrategicamente controlas todos los aspectos del negocio, desde la cría y ceba de las reses hasta la venta de las hamburguesas y las campañas publicitarias.
Pero lo más interesante del juego es el lado oscuro del negocio: si necesitas más pastos para tus reses, puedes meter el bulldozer por tierras protegidas en el Tercer Mundo o sobornar a las autoridades locales; si necesitas que tus vacas engorden más, puedes añadir residuos industriales al pienso a base de soja; si quieres que tus empleados trabajen mejor y no escupan tanto dentro de las hamburguesas, puedes comerles un poco la oreja apoyándoles o practicar un poco de mobbing; si quieres que las asociaciones de consumidores no te metan una querella, puedes sobornar a un dietista o hacer diferentes campañas publicitarias... O los puñeteros ecologistas, o el sindicato de trabajadores... Como la vida misma, vamos.
Recordad que lo más importante para una empresa no es beneficiar al mundo: una empresa en una máquina de hacer dinero, cueste lo que cueste. Si tienes demasiados escrúpulos, seguramente tu negocio se irá al garete.

martes, 24 de octubre de 2006

Diga patata

Comenzando a considerar seriamente opciones de depilación integral...

Hallado en pya.cc

sábado, 21 de octubre de 2006

Otra vez en "America’s Got Talent"

Si en la anterior ocasión la maravillosa Bianca Ryan nos dejó patidifusos con su maravillosa voz, Taylor Ware (también de 11 años cuando participó hace unos meses) le va a la zaga. Con Bianca fue inevitable que se me pusiera la piel de gallina: esta vez no se puede dejar de escuchar a esta maravillosa cantante yodeller sin que se dibuje una sonrisa en la cara.



Para los que no os defendáis muy bien con el inglés, la niña explica que aprendió a cantar yodel a partir de lecciones en cassette y el folleto que lo acompaña. ¡Cágate lorito!

viernes, 20 de octubre de 2006

Ganando pasta en Internet... un email, dos emails, tres emails

Continuando con el post anterior (leedlo antes los que no lo hayáis hecho) , pasemos a la otra vía, la no creativa, para hacer dinero por Internet: el email. Aquí no necesitas habilidades especiales ni tener conocimientos sobre diseño y programación de sitios web. Tan sólo te hace falta tener una cuenta de email. Así de facil y sencillo.
La idea común de estos sistemas es la de hacer clics en una serie de correos publicitarios que te llegan a la cuenta, por cada clic que hagas ten dan una cantidad de dinero. Además hay unos incentivos especiales a la invitación a terceros, e ingresos extra por los clics de tus recomendados.
Seguramente muchos ya conoceréis el sistema de Consupermiso. Esta empresa lleva muchos años funcionando, y tiene una gran cantidad de afiliados. Su método es el mismo que el explicado arriba: tras darte de alta, comienzan a enviarte emails de publicidad, y tan sólo por hacer clic te dan 0.03€. Aparte, tienen un sistema de aficiación/recomendación por el cual, si alguien recomendado por tí se da de alta en Consupermiso, ganarás 0.30€, aparte de ganar otros 0.03€ por cada clic que haga en sus correos. ¿Os hacéis una idea? Veamos un ejemplo.

Supongamos que recibimos un email diario de publicidad. Esto implica 0.03€ al día tan sólo por hacer clic en el link que nos envían desde Consupermiso. Es decir, en un mes (30 días) hace 0.90€ (30 x 0.03€ = 0.90€), es decir, una porquería. Pero si invitas a 10 amigos y estos se dan de alta, te darán 0.30€ por cada alta, esto es 10 x 0.30€= 3€. Y cada vez que tus amigos pinchen en la publicidad, tú consigues otros 0.03€, con lo cual al día consigues (aparte de tus 0.03€) otros 0.30€ (10 x 0.03€ = 0.30€). Esto es, al mes consigues 9€ extra a tus 0.90€ (30 x 0.30 = 9.00€), en total 9.90€ al mes. Tampoco está tan mal, es más que lo que te da el banco anualmente por los intereses de los cuatro duros que tienes.

El sistema que he probado recientemente me parece más eficaz si cabe. Lo probé ayer, pero parece prometedor. La empresa Es Fácil! tiene un sistema muy similar, pero no es plano como en Consupermiso, sino piramidal. Quiero decir, si un amigo invitado directamente por tí invita a otros amigos, y estos pasan a ser afiliados, por cada clic que hagan tú también ganas dinero. Y si éstos invitan a más afiliados, por cada clic que hagan tú también recibes dinero. Así, hasta un tercer nivel. Aunque los ingresos por clic en este caso son menores (0.01€ si son referidos, 0.03€ por tus propios clics), el beneficio final que ofrece Es Fácil! es mucho mayor. Veamos el ejemplo anterior un poco modificado.

Supongamos que cada uno de tus amigos invitados a Es Fácil! invita a 10 amigos más, que también se han dado de alta en Es Fácil!. Si recibimos un email diario y hacemos clic en la publicidad, diariamente conseguimos:
  1. 0.03€ por nuestro propio clic
  2. 0.01€ por cada clic de nuestros 10 amigos, es decir 0.10€
  3. 0.01€ por cada amigo de nuestros amigos. Esto es, 0.10€ x 10 = 1.00€
En resumen, diariamente conseguimos 1.13€. No está nada mal, son 33.90€ al mes (30 días x 1.13€), por tan sólo hacer un clic diario. Pero ahora consideremos el mejor caso: que cada amigo de nuestros amigos invite a 10 personas más, y éstas se den de alta. Y a su vez, que cada amigo de estos últimos también inviten a 10 personas más. Repitamos ahora el cálculo, por email diario clicado:
  1. 0.03€ por nuestro propio clic
  2. 0.01€ por cada clic de nuestros 10 amigos, es decir 0.10€
  3. 0.01€ por cada amigo de nuestros amigos. Esto es, 0. 01€ x 10 x 10 = 1.00€
  4. 0.01€ por los amigos de los anteriores. Esto es, 0.01€ x 10 x 10 x 10= 10.00€
  5. 0.01€ por los amigos de los anteriores. Esto es, 0.01€ x 10 x 10 x 10 x 10 = 100.00€
¿¡Es esto posible!? Bajo estos supuestos, hemos conseguido 111.13€ al día!! No es posible, en algo me he debido equivocar. El error quizá ha sido el suponer que los diez amigos acepten, y que cada uno de éstos invite a diez más. Pero otra cosa os comento: parece ser que la densidad de emails enviados por Es Fácil! diariamente son mucho más de uno (ayer recibí seis).
Tengo miedo de que esto sea un timo, pero no pierdo nada por intentarlo. Lo único que necesito es amigos, muchos amigos. ¿Te interesa? Todos salen ganando.

¿Se resistirán luego a pagar estas cantidades? ¿Tanto se fían de este método las empresas que publicitan? ¿Dónde está el truco? ¿Buscarán cualquier movida para no pagar finalmente nada? Espero vuestros comentarios, pero si os aventuráis a ganar dinero de esta forma, acordaos de mí, tanto si lo hacéis por Consupermiso como si lo hacéis por Es Fácil!.

Ganando pasta en Internet... una web, dos webs, tres webs

Desde que se me ocurrió poner la publicidad de adsense en Pepe, vente pa Madriz llevo estrujándome la cabeza e investigando las técnicas que se emplean para conseguir ingresos a través de Internet, bajo un soporte publicitario. La experiencia no ha sido muy fructífera, pero sí de gran aporte educativo. El objetivo principal (tener una experiencia piloto para posteriores desarrollos que serán llevados a cabo en breve) se ha cumplido y ya me he hecho una idea de cómo funciona el tema.
Si tenéis pensado hacer alguna web porque queréis incluir publicidad para ganar unos dineros, como la de adsense, hay muchos aspectos que he visto que se deben tener en cuenta, pero bajo mi escasa experiencia personal y la extensa de muchos de los que me rodean he visto tres aspectos básicos: un contenido deseable, un diseño atractivo y un posicionamiento óptimo en los buscadores (hic est, Google).
Publicar algo que la gente desea es lo primordial. Por ejemplo, de un blog personal, a no ser que pasen muchos años y la gente te linke mucho, no se hace dinero. Este es el caso de Pepe..., y lo comprobé en el instante en que dejé de poner tantos posts personales y empecé a hablar de temas nipones: las visitas al blog pasaron de 10-20 a 90-100 diarias. O fijaos en Keys de Digital+, de mi colega Londrox: un blog poco ambicioso pero directo a lo que la gente quiere. Os aseguro que esa idea da pasta, doy fe.
Un diseño atractivo y cómodo es lo que se necesita para que las visitas esporádicas se conviertan en visitantes asíduos. En Pepe... no tengo diseño, pongo las cosas como me rotan porque yo lo valgo, que no? No deja de ser un campo de pruebas: si algo funciona aquí, lo considero en otras partes. Pero un buen diseño es algo importantísimo: sencillo, con colores acordes a la temática de la web, con la información asequible sin dar mil vueltas...
Acerca del posicionamiento en Google... si buscáis por el idem encontraréis mil sites que os explican cómo conseguir esto. Yo no me pienso entretener en esto. Mi experiencia me dice que hay que poner las cosas muy claritas siempre, tener unos buenos Metas y hacer un montón de amigos que te linken. De esta forma ya he conseguido unos buenos rankings para Pepe... en búsquedas muy concretas, algo de lo que me siento bastante orgulloso, considerando las pocas ambiciones que tiene.
En el siguiente post os comentaré lo que quería comentar pero no he comentado porque me he enrollado a comentar otros comentarios. ¿Quién me descomentará?

jueves, 19 de octubre de 2006

Diga patata (I ♥ Hanshin Tigers sp)

Hallado en pya.cc

Post-viaje a Japón (VIII): esta vez me quedo el omikuji!

Muchos de nosotros decimos que no creemos en horóscopos. De hecho, personalmente tengo el absoluto convencimiento de que, a la hora del nacimiento, hay aspectos más influyentes sobre tu futura personalidad que las posiciones de los astros. El estampado de la bata que la matrona lleve puesta en ese momento, por ejemplo. No obstante, siempre los leemos por curiosidad, y cuando se vaticina un futuro prometedor, nos hace ilusión. Aunque nunca creamos, deseamos creer, o al menos que nos digan que las cosas nos irán fetén. Pero los pronósticos que me dijeron en Japón se me cumplen...
El año pasado, durante mi semanita en Osaka, realicé un acto muy nipón: acceder a un omikuji (御神籤、おみくじ), que es como un vaticinio con validez anual que se realiza cerca de los templos, así que los japoneses acostumbrar a hacerlo el día de año nuevo. El procedimiento es el siguiente: junto a unos cajones numerados hay una especie de prismas (los que he visto yo eran de base hexagonal) de madera o metal, huecos y llenos de varillas con un número. Por un agujero puede salir una varilla: como los botes de mondadientes, pero a lo grande. Previo pago de 100 yenes, se agita el bote y se saca una varilla. El número de la varilla es el del cajón que debes abrir, donde está el papel con elpronóstico para todo el año. Si te gusta mucho te lo puedes quedar, pero lo normal es atarlo en unas cuerdas que hay cerca o en las ramas de los árboles próximos.
El año pasado tuve un mal presagio en mi omikuji: iba a pasar dificultades, sobre todo económicas. Recuerdo una frase que se repitió durante el resto de mi estancia, mofa de mis amigas: "te volverás pobre en los viajes"... por desgraciada se cumplió. No me gustó nada, así que lo até en las cuerdas. De hecho, ese año sufrí grandes dificultades, por las que me ví forzado a moverme a Madrid, y seguir con mayores dificultades en todos los aspectos de mi vida.
Esta vez la cosa ha cambiado. Pedí un omikuji en Amanohashidate y se me pronosticó un futuro óptimo. Desafiando un poco la fiabilidad de los omikuji, a los pocos días pedí otro en Asakusa, y el resultado fue prácticamente el mismo. Casualidades que me van a alegrar la vida durante unos meses y dibujarme una sonrisa cada vez que los vea. De momento, el futuro pinta oros.

lunes, 16 de octubre de 2006

Frikis de la naturaleza(II): los cuervos japoneses




Hallado en Otomano

Diga patata

Hallado en pya.cc

Post-viaje a Japón(VII): leyendo en el metro

Uno de los privilegios más considerados en Japón es el respeto a la intimidad. Intimidad a todos los niveles: intentar indagar en aspectos cotidianos de la vida personal ajena no está nada bien visto. Debe ser por eso que los voyeurs allí están tan extendidos: todos sabemos que, cuanto más prohibido, más atractivo. Por ejemplo: si estamos en un banco de la calle o en el metro, ¿a quién le gusta que alguien fisgue su lectura por encima del hombro? ¿Hay un deseo real por parte del curioso de informarse, es aburrimiento o tan solo cochina curiosidad? ¿Por qué nos resulta tan molesto que alguien rompa nuestro espacio vital para parasitar nuestra lectura?¿Es un refuerzo negativo de cuando lo hacía el profesor en nuestro periodo estudiantil?
Seguramente habrá mucha gente que desee realizar lecturas muy personales (aficiones bizarras, pornografía, el cookbook del anarquista... incluso el ABC) y no se atreve a leer en público, temeroso de las posibles miradas censuradoras de nuestros compañeros de vagón. En Japón han resuelto este inconveniente: las librerías-papelerías te venden los libros envueltos en un forro de papel opaco (que, como es evidente, incluye publicidad del mismo establecimiento), evitando que, al menos, nadie sepa qué estás leyendo en primera estancia. Una mirada furtiva del vecino podría dar una idea de la lectura de la que estamos disfrutando... pero contamos con el respeto y la discreción de un nipón. Algo con lo que en mayoría no podemos disfrutar en este nuestro pais.
Al igual que en Madrid, a los tokiotas y a los osakenses les gusta leer en los vagones del metro. Pero nunca supe qué leían, a diferencia de aquí: todos con las secuelas paleocristianas, pseudomedievales de templarios y merovingios de "El Código da Vinci", o los últimos best-sellers. Allí podría un directivo de una empresa estar leyendo las pornoaventuras sodomizantes completas de Nobita con Doraemon, y nadie lo sabría. Es más: no habría ni una risita por alguien que pudiera haber visto algo.

miércoles, 11 de octubre de 2006

Post-viaje a Japón (VI): "Rhythm Tengoku", juego oficial del viaje

En la primera de las muchas (muchas muchas) visitas que hicimos a Akihabara (Akiba para los amigos y demás frikis), descubrimos multitud de tiendas dedicadas a los dos monstruos del entretenimiento digital: Sony y Nintendo. Curioseando precios de videojuegos para la DS (el mayor peligro para un fan de la gran N es la tremenda diferencia de precios y la existencia de tiendas de segunda mano, con productos en condiciones excelentes... si es que me llevaba toda la tienda!) pudimos sacar en claro dos cosas. La primera era que iba a ser muy difícil encontrar una DS Lite. En todos los lugares indicaban que todas estaban vendidas, existencias agotadas, que era conveniente reservar para las que llegaran nuevas... Una locura! Ni en el mismo corazón de Japón se podía encontrar una DS Lite! Tal es la pasión que tienen los japoneses por esta consola. No les culpo.
La segunda fue que el mejor juego que habíamos visto se estaba ejecutando en una Game Boy Micro. Se trataba de un curioso conjunto de minijuegos donde lo más importante era mantener el ritmo. Cada prueba consistía en ejecutar una tarea manteniendo un ritmo, acompañado de una melodía. No se podía llamar de otra forma que no fuera Rhythm Tengoku ("Paraíso del ritmo"). Posteriormente descubrí que había sido una petición de Tsunku (el productor de las Morning Musume, esas niñatas chillonas que ya han aparecido por aquí en más de una ocasión) y que fue desarrollado por el mismo equipo que se dedica a Wario (la versión Fesser de Mario).



El juego es sencillo en diseño, nada espectacular y hasta resulta pueril. Pero pocas veces he visto nada tan adictivo. No obstante, lo no compré (piratilla....)

lunes, 9 de octubre de 2006

Telenostalgia (XIII): "Traedlos vivos", exclusiva de Pepe, vente pa Madriz

Tras búsquedas infructuosas, me harté y decidí hacerlo yo mismo. Sabiendo que aún se conservaba en alguna cinta de video, perdida por mi casa, algo de esta maravillosa serie (ahora no parece tan maravillosa, pero los de mi generación y los de las aledañas, cuando pequeños éramos más impresionables que los criminales en potencia actuales), y gracias a la inestimable ayuda de LR^2 (muchísimas gracias, te debo ya unas cuantas...) aquí os traigo en rigurosa exclusiva, el opening de "Traedlos vivos" (Bring'Em Back Alive), serie de los 80 donde se narraban las aventuras del cazador Frank Buck, capturador de animales vivos que, paradójicamente, los respetaba a unos niveles inusuales para la época en la que se movió (principios de siglo pasado).



Ojalá la repongan en DVD...

sábado, 7 de octubre de 2006

Post-viaje a Japón(V): el paraíso de los no fumadores

Japón es el paraíso de los no fumadores, esas extrañas criaturas humanas que desean respirar aire no apestado por índices de nicotina y alquitrán superiores a lo normal de un ambiente ventilado. No es usual ver una colilla en la calle, de la misma forma que es normal ver por todas partes indicaciones (de lo más variopintas) prohibiendo explícitamente tan insano vicio. Evidentemente, no se ve a nadie fumando en plena calle, o yo no fui consciente de ello. Aparte, acostumbrado ya al aire viciado de Madrid, Tokio presentaba un aire limpio para ser una metrópolis: el tráfico no es tan intenso (la bici se usa mucho). La contaminación que allí priva es lumínica.

Imaginad un lugar donde hasta en la calle está prohibido fumar. Imaginad un lugar donde, dentro de una cafetería, los fumadores conscientes de tu desagrado al inspirar esos humos infectos, te piden permiso antes de encender cualquier cigarrillo. ¡Un lugar donde se respeta al no fumador, donde los fumadores son educados! Imaginad un lugar donde hay algunos sitios (pude ver dos) en la calle donde se permite fumar. ¡Donde se permite! Yo alucinaba.
La cultura de Japón es la cultura del respeto. Un japonés se autoprohibe cualquier acción que sepa que conlleve una alteración (por mínima que sea) en los demás. Por ejemplo: verás a todo el mundo usando el móvil, pero jamás oirás ningún sonido, ni un timbre. ¿Por qué? Porque se intenta no molestar a los demás. A veces se ve a gente caminar por la calle con mascarillas, como las de los médicos. No es porque el aire esté sucio: es gente enferma (resfriada o con gripe) que no quiere contagiar, con su respiración o tos, a los otros peatones. Flípalo.
Acostumbrados a un país como España, donde la definición de libertad es "yo hago lo que me sale de mis santos cojones, y si a alguien le molesta que se joda, viva yo y la madre que me parió", un país de anarquistas y maleducados, un país donde se hace héroe al delincuente y al que infringe las normas, donde la gente se vanagloria de ser un perfecto inculto, donde es más fuerte el que más alto chilla... la visita de un celtíbero a este país de gente educada y civilizada le hace inspirar miedo y un gran sentimiento de inferioridad. ¿Qué te puedes esperar de un país donde, si pierdes una videocámara, sabes que la encontrarás en la oficina de policía más cercana o en objetos perdidos?

Japón no es sólo "Humor Amarillo". La primera reacción de un español normal (tirando a chungo) ante un japonés o ante algún acto, hecho o idea relacionada con Japón, es reírse, burlarse, despreciarlo, decir que "esos chinorris", poner los ojos oblicuos o emitir una serie de absurdos sonidos en un intento estúpido de imitar la lengua japonesa. Patético, autohumillante, irrespetuoso e intolerante. En resumen: español.

Diga patata

Hallado en pya.cc

viernes, 6 de octubre de 2006

Post-viaje a Japón(IV): Katochan!

Uno de los mayores atractivos de Japón son sus edificios antiguos, templos budistas y santuarios shintoistas. Los japoneses son personas muy respetuosas de sus creencias religiosas, aunque no lleguen jamás al fervor de algunos europeos (tanto como para imponer o subyugar la libertad de pensamiento de los demás o de los miembros de una comunidad, como ha venido haciendo el Cristianismo durante siglos). Aunque yo he considerado desde hace varios años que las religiones son un método de control y manipulación de las masas, en Oriente esta actitud es tan sutil que casi no existe. Por eso los japoneses no pueden entender la tremenda contradicción que implica el concepto de "guerras de religión", ya que ésta debe servir para liberar y no para esclavizar. Es una visión muy simplista, pero en el fondo no carece de cierto sentido. Pero no es de ésto de lo que quiero hablaros.
En cada templo y recinto sagrado, convertido en reclamo de turistas, ya sean foráneos o nativos, hay siempre una (o varias) tiendas de recuerdos: figuras, llaveros, postres típicos, vajillas, libros acerca de la historia del lugar... y colgantes de "Hello Kitty", "Doraemon" y "Katochan" (los strap para los móviles). Seguramente todos conozcáis a los dos primeros, pero seáis pocos los que conozcáis al tercero. "Katochan" es un personaje interpretado por Cha Kato (Kato Cha es el orden japonés, de ahí lo de "Katochan"), humorista miembro del antiguo grupo "The Drifters", muy popular hace ya una treintena de años. Katochan se hizo tan popular que hay toda una gama de productos inspirados en este personaje, un calvo con bigote de Charlot y gafas de Bartolo que acostumbra a acercarse los dedos índice y corazón verticalmente sobre los labios. Al igual que los strap de "Hello Kitty" y los de "Doraemon", algunos de los strap de Katochan sólo se pueden encontrar en algunas zonas concretas. Por ejemplo, si quieres un Katochan como un ciervo del templo Todaiji de Nara, sólo lo podrás encontrar en las tiendas de recuerdos de Nara. Y hay cientos de ellos! De momento yo ya tengo cuatro.
Todos quieren coleccionar colgantes de "Hello Kitty", algunos frikis lo hacen de "Doraemon"... ¿Por qué no "Katochan"? A lo mejor ya no está de moda, pero no creo que sea mucho más viejo que cualquiera de los otros dos. Es gracioso y no es infantil ni excesivamente kawaii. Ahí os muestro los katochan que ya tengo:


martes, 3 de octubre de 2006

Diga patata

Hallado en pya.cc

Post-viaje a Japón(III): las cosas malas

Estaba intentando hacer una lista de todas las cosas más sorprendentes que me han sucedido durante estas dos semanas en Japón, pero es imposible: mi memoria no da para tanto. Hay tantas y tantas impresiones de buen rollito en mi relación con este país que tendré que pararme a pensarlas y recordarlas todas, exprimiendo al máximo mi memoria. Pero sí me da para recordar lo peor, que ha sido más bien poquito. ¿Será mi actitud positiva en todo momento? ¿Será que las cosas son así de fáciles y cómodas? No lo sé, pero ahí va lo que creo que es lo peor de este viaje a Japón:
  1. Los mosquitos. Considerando que se trata de un país húmedo y cálido, con cantidad de fuentes de agua estanca (los mismos arrozales, que los hay por todas partes), los mosquitos de Japón (y en general todos los insectos) son de tamaño XXL. Allí no te pican: te bajan los pantalones y directamente te violan. Un lugar especialmente peligroso es Fushimi Inari, en Kyoto. Escarmentado del año anterior, esta vez llevé un repelente de mosquitos que funcionó a las mil maravillas. Pero en los hoteles, a pesar de las mosquiteras, nos picaron. Y el dolor y el picor que causa es muy muy molesto. Si váis a Japón entre Abril y Octubre, tan importante como el cepillo de dientes es un buen repelente contra mosquitos.
  2. La cerveza de caña. No sé si será algo generalizado, pero en el pub donde se montó el encuentro de chiptuneros donde triunfaron los de Tsuji Tecno (Pepino, Portalenz, etc... son los mejores) me pedí una caña: tres dedos de espuma. Vamos, no me jodas.
  3. El metro de Tokyo. Es un lío. Hay líneas de especial importancia (como la gris, la de Hibiya, que te lleva hasta Akihabara, parada im-pres-cin-di-ble) que no hay manera de conectar medianamente bien desde el centro. Además, hay dos compañías distintas de metro, con lo cual las líneas se separan e intentar no pagar doble usando sólo una compañía a veces es imposible. Las pasarelas son enormes e interminables (sobre todo si son intercambiadores con las líneas de tren JR), y a veces cambiar de un trasnporte a otro se hace difícil (máxime si vas cargado de maletas, como nos sucedió en Ikebukuro).
Ahora mismo, no se me ocurre otra cosa más. Si me acuerdo, lo añadiré a los comentarios de este mismo post.

lunes, 2 de octubre de 2006

Post-viaje a Japón(II): Calpis bueno, Calpis amigo

Uno de los mejores amigos que hice durante estas dos semanas dando vueltas por Tokio y por Osaka & alrededores fue, más que un refresco, una fiesta en mi boca. Ya era un viejo conocido del año pasado, pero las cantidades consumidas esta vez han sido más que significativas. Aparte de que el precio en las máquinas de refrescos (y recalientes) está tirado (150 yenes por 500 ml, poco más de 1€).
Nada más llegar a Tokio, lo primero que compré fue una botella de Calpis Water (no tiene gas, no lo confundáis con Calpis Soda, las burbujas no me molan cuando no quiero ser ruidoso) en una de las miles de millones de máquinas expendedoras que hay. Pepipo, mi acompañante en la aventura, me preguntó que qué era eso:

-"Calpis. No es exactamente ese sabor, pero te lo venden como si fuera refresco de yogur"
-"Arrrg! ¿Y eso está bueno?"
-"Pruébalo si quieres"

Aquello fue lo mejor que pudo hacer. A partir de entonces fue declarado bebida oficial del viaje: "Calpis bueno, Calpis amigo". Y eso que probamos algunas cosas deliciosas, como las diferentes variedades de te (me entanta el oolong y el mugicha, pero la puta de CocaCola comercializa una marca que es una mezcla de varios tipos de té, bajo el nombre de "Sokenbicha", delicioso...). Y no hablemos de la mezcla de Calpis con shochuu (una especie de aguardiente japonés, no es sake), que en muchos sitios te ofrecían como calpis-sawâ o calpis-chûhai. Una de las mejores combinaciones que he probado nunca.
En Madrid se vende como Calpico, y de momento sólo lo he encontrado en una tienda de productos japoneses que está cerca del Bernabeu.

OaBy confiesa que no ha recibido ningún tipo de compensación monetaria ni en especia por parte de CalpisCo al publicar este contenido. Os lo juro, tús.

domingo, 1 de octubre de 2006

Post-viaje a Japón(I): la historia del chorizo viajero

En un intento desesperado por intentar disculparme ante la primorosa escasez de posts durante mi estancia en tierras niponas, quiero comenzar esta serie de posts por el puntazo final. En el avión había decidido hablar primero del gran invento bebible que es el Calpis (desde ahora, "Calpis bueno, Calpis amigo"), pero finalmente me he decantado por esta sorprendente, verídica anécdota que me dejó anonadado: la historia del chorizo viajero.
Mi amiga Clavel es una enamorada nostálgica de los embutidos españoles, estuvo estudiando en Salamanca y sabe degustar un buen chorizo o un buen jamón. Ella sí que sabe. La malo es que los precios allí para estas delicatessen de gourmet son prohibitivos, o si no que se lo pregunten a la multitud de japoneses que, sorprendidos, se giraron ante el grito que emití hace casi un año, en un supermercado, al ver el precio de doscientos gramos de jamón normal. El caso es que, en aquella ocasión, yo le llevé una caña de chorizo como un brazo de larga. Estaba acojonado por si sería retenida en el aeropuerto, ya que no se permite ese tipo de carnes sin pasar una cuarentena. Sin embargo, no suelen ser muy estrictos siempre que el artículo esté bien aislado o envasado al vacío, como sucedió en aquella ocasión. En el aeropuerto de Kansai (Osaka) lo miraron y no dijeron nada, con lo cual pudimos disfrutar de aquel gran invento emanado del pueblo que es el chorizo.
El intento de repetir la hazaña este año fue vana. En primer lugar, en el aeropuerto de Narita (Tokio) son mucho más estrictos y severos que en el de Osaka, y no te pasan una. En segundo lugar, el equipaje llegó con varias horas de retraso (pues tuvimos un inconveniente en la ida y algunas maletas vinieron por otro vuelo, por ejemplo la mía), y tuve que declarar la existencia del chorizo. A pesar de mis explicaciones sobre el envasado del susodicho, los encargados de la cuarentena se mantuvieron firmes y me dijeron que el artículo debía pasar la cuarentena. Rellené unos formularios de rigor y me fui desanimado al hotel, ante la imposibilidad de hacer llegar dicho artículo a mi amiga, y dándolo por perdido.
Ayer, al hacer el check-in, me recordaron en el aeropuerto que tenía un artículo en cuarentena, y si deseaba recuperarlo. Yo ya ni me acordaba de aquello, y como no tenía a mano el documento de la cuarentena para demostrar que ese chorizo era mío, les dije que no importaba, que no era algo muy valioso y que hicieran lo que quisieran con él. Dando el asunto por zanjado, nos dirigimos a la puerta de embarque. Una hora más tarde, justo despues de entrar en el avión y mientras estaba subiendo el equipaje de mano al compartimento superior, una azafata se dirigió hacia mí preguntando si yo era el Sr. Fulano (sustitúyase Fulano por mi apellido, la seguridad es lo primero, anzen daiichi). Ante mi respuesta afirmativa, me ofreció un paquete. Sí, amigüitos míos, se trataba del chorizo. La azafata había ido a buscar el chorizo para llevármelo hasta el avión. La cara que se me quedó era de foto... lástima que no esté registrada.
No tengo muchos referentes en los que basar una comparación, de hecho no tengo ninguno. Pero no creo que esto me lo hagan en ningún otro sitio.