Hace cinco días que nació mi única sobrina, Laura. Aún no la he visto en persona, pero ya la he oido gimotear y balbucear. Y ya la quiero como si fuera algo mío: el instinto es traicionero, así que tened cuidado con lo que decís. Deseo verte muy pronto, pequeña, vivir de cerca tus primeras experiencias para despues ridiculizarte en las reuniones familiares cuando tengas dieciséis años.
jueves, 10 de agosto de 2006
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