jueves, 22 de enero de 2009

Kiyohiko Ozaki, el equivalente nipón del cantante Francisco

Casi cualquier ciudadano español conoce a Francisco, el cantante valenciano que fue considerado durante años el relevo del gran Nino Bravo. Yo no lo veo así, sus timbres de voz no son tan parecidos y sus estilos se diferencian por el lapso temporal entre el éxito de uno y otro. No niego que Francisco sea una gran voz, pero tuvo su época y ya pasó.

Hace un par de meses descubrí a un cantante japonés de un estilo similar a ambos que, por la misma época que Francisco era internacionalmente conocido por su hit "Latino", consiguió un éxito espectacular en su país con una canción: また逢う日まで (mata au hi made, "hasta el día que nos volvamos a encontrar"). Lo más sorprendente no es el gran parecido de temática y estilo del canto, sino que se me antoja físicamente muy parecido al mismo Francisco. Juzgad por vosotros mismos:


Se trata de Kiyohiko Ozaki (尾崎紀世彦), y aún sigue realizando giras por salas de Japón, abarrotadas de nostálgicos que escuchan este éxito, equivalente a nuestro "Libre" del inmortal Nino Bravo. En esta canción relata el hipotético encuentro de una pareja que rompe de forma dolorosa. Intentaré hacer una traducción de las mías tan penosas:

また逢う日まで逢える時まで
別れのそのわけは話したくない
なぜかさみしいだけ
なぜかむなしいだけ
たがいに傷つきすべてをなくすから
Hasta el día que nos volvamos a encontrar,
hasta el momento en que nos veamos,
no quiero hablar de por qué rompimos
de alguna forma tan sólo será triste
de alguna forma tan sólo será inútil
porque ambos nos hicimos daño y lo perdimos todo.

ふたりでドアをしめて
ふたりで名前消して
その時心は何かを話すだろう
Cerremos los dos la puerta
Borremos nuestros nombres
En ese momento algo dirá el corazón

また逢う日まで逢える時まで
あなたは何処にいて何をしてるの
それは知りたくない
それはききたくない
たがいに気づかい昨日にもどるから

Hasta el día que nos volvamos a encontrar,
hasta el momento en que nos veamos,
Lo que hayas hecho o adónde hayas ido
no quiero saberlo
no quiero oirlo
porque nos preocuparemos por el otro y regresaremos al ayer (*)

ふたりでドアをしめて
ふたりで名前消して
その時心は何かを話すだろう

Cerremos los dos la puerta
Borremos nuestros nombres
En ese momento algo dirá el corazón

(*)Muchas gracias a Ale sempai por corregir mi pésima traducción

Es una canción triste, pero tiene su encanto, ¿verdad? Esa obstinación por renunciar al pasado, pero al mismo tiempo verlo con nostalgia.

miércoles, 21 de enero de 2009

Yoisho (よいしょ)

Hace unos días estuve en el Mochitsuki Taikai (餅つき大会) que anualmente celebra la Asociación de Japoneses de Madrid (マドリード日本人会). Por diferentes circunstancias e inconvenientes de mis acompañantes tuve que ir solo, pero en el autobús de ida al sitio donde se celebraba conocí a un par de mujeres con las que finalmente entré y pasé el rato. Más tarde incluso me encontré con el Sr. Kobayashi, que ya anteriomente me había invitado al concierto de Sachiko Miyashita.
Se nota que es España, por lo sucio que lo dejaron todo (fijaos en la lata de la izquierda)

El Mochitsuki Taikai es una típica celebración de Año Nuevo donde se hace todo tipo de juegos y entretenimientos (actividades especialmente dirigida a los niños), y su clímax llega con la preparación del mochi (masa de arroz glutinoso con el que se prepara muchos platos y postres). Aquí se celebró más tarde para que la asistencia fuera mayor, y así lo consiguieron. Además de residentes japoneses de la capital, asistieron matrimonios mixtos con sus hijos, miembros del cuerpo diplomático, simpatizantes de la cultura japonesa y bastantes frikis, a los que se les veía un tanto desorientados (creerían que aquello era como un Salón del Manga, pobres...). 
Según nos contaron, para preparar el mochi hay que dejar el arroz en remojo la noche anterior. Despues se pone en un mortero grande y se le da de golpes con unos mazos, de forma muy similar a como se ve en algunas tribus de los documentales del África Negra. En la molienda se debe conseguir una buena coordinación entre el que da golpes y el que da la vuelta a la masa dentro del mortero con la mano, para evitar romper huesos. Para ello se pronuncia una especie de grito de guerra, "Yoisho!" (よいしょ!), que no es tal, sino el equivalente a nuestra interjección de "Aumpf!", igual que cuando alguien hace un esfuerzo levantando algo (en este caso levantando el mazo). 
Esta expresión me es muy simpática porque a ellos les sale muy natural decirla, y sin embargo yo tendría que pensarlo antes de realizar cualquier esfuerzo. ¿Os imagináis a un harrijazotze (levantador de piedra vasco) diciendo "yoisho!"? Algo similar sucede con la interjección de dolor "Ité!" (いて!), cuando lo normal para nosotros es decir "Ay!". 
Aparte la pronunciación de "yoisho!" me recuerda vagamente a la voz de alegría y fiesta de "wasshoi!"(わっしょい!), de los festivales de verano, canciones de fiesta y de los pasos de palanquines con templetes móviles (como aquí en Semana Santa).