Este fin de semana, en mi visita al hipermercado, mientras hacía cola en una de las cajas, me estaba fijando en la cantidad de productos que se exponen junto a las cajas: chicles, caramelos, chocolatinas, tarjetas solidarias (menudo eufemismo lava-conciencias), cuchillas de afeitar, una foto de carné vieja... Toda una serie de productos que nunca necesitas y que se te antojan o, si llevas a los niños y los ven, empiezan a darte la murga con que le compres tal o... un momento... ¿una foto de carné vieja?
Me quedé tan ensimismado con la rareza que no pude evitar sacarle una foto. Me hubiera gustado ver la cara de alguno mirando cómo le sacaba una foto a los chicles de al lado de la caja.
Posiblemente has hecho a alguien muy feliz, senpai.
ResponderEliminarEs muy digna afición la de coleccionar fotos de carnet (yo tenía muchas de desconocidos, todavía llevo alguna en la cartera para enseñarla e inventarme historias) y no hay mejor forma de compartirla que esta.
Buen hallazgo, marinerito! Es el encanto de la foto. Puede llegar a ser enfermizo si uno hace como el Pelao, que se puede pasar semanas viendo los videos caseros en vhs que haya tirado alguien a la basura. "Vacaciones en el pueblo 1988"
ResponderEliminarAle> debi haberla recogido. Le habría dado un hogar con mucho amor en el corcho que tengo en la pared.
ResponderEliminarChuso> Eso ya raya el voyeurismo.