Ahora que ya he encontrado trabajo y piso en los mandriles, me he sumergido de lleno en el estudio del japonés. El exámen está ahí al lado, sobra la materia a estudiar y falta el tiempo para ello. Pero cualquier momento y lugar es bueno para estudiar, aunque no sea siguiendo las metodologías más ortodoxas. Puedo escuchar música en japonés en el trabajo, puedo leer una novela en el metro y si quiero ver una película para relajarme, pues que también sea en cipangués.
Cuando voy a Japón me gusta revolver en los Book-Off (franquicia de librerías de segunda mano, donde aparte de publicaciones escritas también venden películas, música y videojuegos) buscando pequeños tesoros escritos acerca del japonés que no enseñan en los libros de texto. Esta última vez pude levarme como trofeo unas cuantas publicaciones muy interesantes. Inspirado por este post de Pepino, me ha apetecido hablar de un libro que siempre me llevo al tiger. Lo dicho, todo sitio es bueno para aprender...
Faltaba menos de una semana para el destierro cuando me encontré casualmente con el Book-Off (siempre es así: las franquicias en Japón no se buscan, se encuentran) y me apeteció pasar a ver qué había que me pudiera interesar. He de deciros que había un factor importante en contra, y era que ya tenía como quince kilos de libros dispuestos a ser empaquetados y enviados vía postal a España. Comprar más libros suponía un problema, mi maleta era grande pero no tanto. Pero nada más ver esa portada en amarillo chillón y leer el título, mis dudas se despejaron. Lo agarré como quien encuentra un billete de veinte euros.
El libro en cuestión se llama "Diccionario de la Lengua de todos: esto también es japonés" (みんなで国語辞典!—これも、日本語) y se trata de un diccionario desenfadado de neologismos. En la misma portada han elegido una palabra para definir:
じしょる『辞書る』:自ら辞書を作る
Podríamos traducirlo como "diccionarear: crear tu diccionario personal". No creo que pudieran haber usado una palabra mejor para introducir el libro.
Para alguien que quiere aprender japonés, este libro es una verdadera mina: abrirlo por cualquier hoja al azar y comenzar a ver entradas es una secuencia de sonrisas cómplices, interjecciones de sorpresa, asentimientos y hasta carcajadas. Porque contrariamente a la idea generalizada de rigidez y estricto protocolo que conservamos de esta nación, su lengua es muy abierta y da juego a multitud de transgresiones morfosintácticas. Por ejemplo, he podido ver que hay muchos verbos que se construyen a partir de otros neologismos y añadiendo la desinencia de infinitivo -ru (る). Aparte del ejemplo anterior (jishoru, de jisho [diccionario]"+ru : diccionarear), hay muchos más:
takuru: "taxirear", subir a un taxi. Han contraido "takushi" [taxi] a "taku"+ru
dekoru: "decorear", decorar (empleando la raíz "deco" del inglés quedán más guays)
pararu: bailar "para-para" (un baile moderno muy chungo de aprender, muy popular entre las adolescentes)
biniru: ir a un konbini (convinience store, p.ej. un 7-Eleven), que ahora le dicen "binikon"
makuru/makudoru: "macdonarear", ir a comer a un McDonalds
Como estos, muchos más. Dan ganas de hacer un diccionario online de todos estos neologismos. Pero ya se sabe, easy come easy go, su fecha de caducidad es tan corta como lo que tarda la generación que las inventa en ser reabsorbidos por la sociedad. Lástima.
Por último mencionar que muchos libros de segunda mano en Japón están incluso mejor que los de primera que venden por aquí. El precio original es de 950 yenes (unos siete euros). A mí me costó 300 yenes (unos dos euros), y nuevecito. En fin...
veo que no hay mucha aficion por estos lares a comentar tus posts mas intensos....un dato curioso, en estados unidos los coolcats llaman a mcdonalds "MICKY D´s"....otros ratones, otros quesos! harry´s!
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