Reflexiones

Perdonad a los que no os haya avisado, pero mantuve en secreto que este finde también fui a Benidorm. Debía dar una sorpresa a mi chica, y como ella lee esto, pues no podía decir nada a nadie.

Hoy os presento un par de reflexiones, una se presentó en la barbacoa de la Tlista y pedí permiso al que la contó para poder publicarla, la otra se me ha ocurrido esta tarde en un descanso del bus de regreso:

Reflexión 1: Imaginad en la universidad U, de una ciudad cualquiera de España, en la facultad de una carrera de ciencias puras (no es informática). En esta carrera hay un profesor que da una asignatura, y a veces emplea ciertos vocablos que, para incluso para alguien que no haya tenido una educación excesivamente elevada, son inteligibles. Sin embargo, algunos alumnos se quejan de que emplea la palabra "ambiguo", y que no saben lo que significa... Con esto me viene a la memoria unos cuantos chistes que comparan los planes antiguos de enseñanza con la LOGSE. Pero esto ya no es un chiste, es la cruda realidad. ¿Estamos más preocupados por tener unos ciudadanos políticamente correctos que por unos ciudadanos cultos? ¿Acaso no entienden las sucesivas legislaturas que la tolerancia no se explica, sino que se llega a ella a través del conocimiento de tantas otras cosas? ¿No son las personas más incultas e ignorantes las más intolerantes al mismo tiempo? La ignorancia es felicidad, pero también es miedo a lo desconocido, y el miedo siempre engendra un instinto de protección cuya primera consecuencia es la violencia y la agresividad. ¿Acaso volvemos a la práxis del panem et circus? En este caso, el circo es "Gran Hermano, OT y fútbol"... Mmm, eso sí que me da miedo. ¿Nos volveremos "ingenieros a la americana", que sitúan a España en el mapa debajo de Guatemala?

Reflexión 2: Imaginad un pueblo, llamémosle P. En P hay un depósito de agua potable que abastece a todos. Hay una serie de habitantes de P, poco menos de la mitad, que diariamente se acercan hasta el depósito y orinan, escupen o se masturban sobre éste, derramando todo en el agua. El resto de la gente de P generalmente pasa de decir nada, y se limita a beber de ese agua. Algunos se quejan y protestan, pero no se les hace mucho caso, ya que el agua es un bien común y los que ensucian el agua argumentan que tienen derecho a desahogarse. Recientemente el Ayuntamiento de P ha hecho una legislación en la que se prohibe realizar tales prácticas en el depósito del agua, que quien quiera hacer cochinadas que las haga en su casa o como mucho en el mar, que es muy grande y no fastidia tanto al resto. Se ponen carteles cerca del depósito del agua, pero eso no impide que algunas personas sigan yendo a realizar dichas prácticas de dudosa higiene al depósito del agua potable. Ahora clasifiquemos a los habitantes del pueblo P en "Personas" y "Putos Meadores". Si no eres fumador, seguramente habrás captado esta metáfora a la primera.