sábado, 10 de junio de 2006

Miedo al fracaso... o miedo al triunfo.

La primera vez que escuché esa expresión fue en un partido de tenis de Roland Garros, hace ya la tira de años. Creo que era Bruguera el que tenía completamente abatido a su contrincante, a punto de ganar el set y el partido cuando comenzó a perder pelotas inusuales, a perder su servicio, casi a punto de perder el encuentro. ¿Existe el miedo al triunfo? Lo temo más que el miedo al fracaso. Porque... ¿acaso no es más fácil acomodarse con una posición incómoda pero segura que esforzarse por conseguir algo mejor? Perder la estabilidad, por mediocre que sea, es un riesgo a costa de hundirnos o de conseguir una mejora. Pero requiere de todo nuestro esfuerzo.
Alguien debería prohibir aquel refrán que reza más vale pájaro en mano que ciento volando, o al menos ridiculizarlo para que nos dé vergüenza usarlo. Porque más vale dos pájaros que vuelan lo más lejos posible. Y cuando los consigas, buscar más aún. La inversión empleada acostumbra a ser grande (para casi todos, siempre es demasiado grande). ¿Acaso ambicionar tus propios sueños es un pecado? El pecado es darles la espalda cuando están al alcance de tu mano.
Por cierto, ayer prometí una vela a una amiga. Mucha suerte... a los dos.

1 comentario:

  1. Querido Oaby,

    Más que miedo al éxito creo que lo que se tiene miedo es a lo desconocido. Ese doloroso y horrible miedo al cambio. Ese miedo a encontrar algo mejor pero que sea diferente y que crees que no serás capaz de hacer. Ese tipo de miedo paraliza. Es que no te deja actuar. Tú mente te dice que vayas y triunfes pero tu alma no tiene fuerzas para afrontar ese cambio. Es difícil y al final hay que coger el toro por los cuernos y echarle valor (tú eres un gran ejemplo de eso).

    La idea de la velita ha sido todo un detallazo. Muchas gracias! A ver si trae suerte! ;-)

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