ADVERTENCIA: Este post contiene información y descripciones no aptas para menores de 18 años. También incluye hábitos y descripciones con contenido erótico-pornográfico. Si eres de menor de edad, por favor cesa su lectura.

Este post os lo prometí hace unos días. Si a esto le añadimos la polémica surgida acerca del
robo de keywords (a día de hoy aparece
Pepe como primer resultado al escribir "onakura") y el interés despierto que me ha inspirado, por lo enigmático de la psique social de este pueblo, la motivación para redactarlo ha ido en aumento durante estos días. La información técnica que paso a exponeros la he extraído básicamente de la
Wikipedia ya que no tengo muchas más fuentes fiables, a pesar de que para mí ya ha perdido mucha credibilidad.
Onakura es la contracción de
Onanii Kurabu (
オナニークラブ), "Onanie Club".
Onanie es la forma alemana para definir masturbación. Si nos dejamos invadir por vagas elucubraciones, podríamos pensar que esto es una asociación de amantes de la autosatisfacción que se juntan todos los viernes noche y festivos para ensayar
manolas en sincronización concertadas bajo las más puras doctrinas
torrentistas. Aunque todo podría ser, no es el caso. Un
onakura es un negocio sexual, un local lleno de chicas jóvenes a la carta dispuestas a "echarle una mano" a los clientes masculinos, para rebajar tensiones propias del trabajo y demás, por unos cuantos yenes: eliges la que más te gusta, te lleva a una habitación privada y te canta el villancico a ritmo de zambomba (lo que se llama un "tekoki"
手コキ). En ningún momento hay mayor interacción corporal. De hecho, en la wiki he creido entender que ni siquiera te puede mirar durante el servicio, porque así se puede considerar como un delito de perversión. Pero no me hagáis mucho caso de esto último.
Ya que depende de que el cliente pueda excitarse de una u otra forma, hay varios tipos de servicio manolero: chicas que actúan a lo soft-SM,
cosplay (con enfermeras, colegialas, e incluso
ganguros) chicas que derraman el asunto sobre la mano, chicas que hablan en lenguaje soez simulando una violación, servicios especiales para precoces, una masturbación mutua (¿y aquí quién paga, el que lo haga peor?). También hay servicios con el uso de juguetes estimuladores, que allí es todo un universo de formas, colores y sabores. El caso es que bajo ninguna circunstancia se permite un acto sexual completo, es decir, no hay coito. O al menos eso es lo que te venden.
Aparte, este tipo de negocios están de lo más puesto en las nuevas tecnologías y como acojen la máxima de las discreciones, por Internet se puede consultar los catálogos de posibles empleadas y nuevas adquisiciones, para que el contactocon el staff sea lo más escaso posible: buscas la que más te guste (fichas técnicas:
ejemplo1 ejemplo2), vas al sitio, señalas con el dedo la que quieres, te la tocan un poco y a casita. No lo he investigado, pero seguro que tambien ofertan servicios a domicilio. Aunque esto ya es más peligroso con los vecinos cotillas.
Me pregunto si un negociete de estos, por ahí por Montera, tendría algo de éxito...